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Vía de alta capacidad entre Deza y Santiago

La peligrosidad del firme de la AP-53 en días de lluvia acumula más de un año sin soluciones

En el carril derecho se forman charcos por un deficiente drenaje -Conductores circulan solo por el izquierdo

Charcos en el carril derecho de la AP-53 a su paso por Silleda, con el izquierdo en perfecto estado. // P.F.

La circulación por la autopista que comunica Deza con Santiago en días lluviosos entraña una peligrosidad que sigue sin ser resuelta desde hace al menos un año. El problema radica en que cuando las precipitaciones son más o menos intensas, el carril derecho de la marcha -en ambos sentidos- no es capaz de evacuar el agua y la formación de charcos es común en la mayor parte de los cerca de 50 kilómetros que separan Lalín de la capital de Galicia. Ni el Ministerio de Fomento ni Autopista Central Gallega (Acega) -concesionaria de la AP-53- han dado respuesta a una problemática que fue denunciada públicamente en varias ocasiones por usuarios.

En un día de lluvia es habitual ver como los conductores, para evitar riesgos, utilizan el carril reservado a adelantamientos en vez del derecho obligatorio para circular, con lo que realizar rebasamientos es más complicado de lo habitual, precisamente por estar ocupado. Así las cosas, mientras la circulación por el carril de la izquierda no entraña más riesgos que los propios de una jornada de condiciones meteorológicas adversas, hacerlo por el habitual es bastante peligroso. El riesgo estriba, por un lado, en que como el asfalto no drena prácticamente ninguna del agua caída, los charcos que se forman provocan aquaplaning; un fenómeno muy peligroso en la conducción que puede hacer que el piloto pierda el control de su vehículo. El agua sobrante se acumula en el arcén, algo que no ocurre en el tramo de asfalto que separa la vía de la mediana del otro carril. Además, desplazarse detrás de otro coche es una tarea compleja, pues el agua que libera el vehículo dificulta seriamente la visibilidad. Lo curioso es que este problema se da siempre en el carril derecho y no en el otro, en ambos sentidos; es decir, tanto si nos desplazamos desde el Alto de Santo Domingo (Dozón) hacia Santiago como si nos dirigimos de regreso desde la capital de Galicia a la comarca dezana.

Numerosos usuarios habituales de la autopista han vuelto, con la llegada de las lluvias de esta época del año, a demandar la toma de medidas para acabar con un problema en una vía, además, de pago, por la que se entiende que su seguridad debería estar garantizada, máxime cuando estamos ante una de las infraestructuras de alta capacidad con unas tarifas muy elevadas.

A comienzos de este año, la concesionaria de la AP-53 negaba que circular por la vía de alta capacidad en días de altas precipitaciones resultase peligroso y aludía a que recientemente se habían llevado cabo actuaciones de mejora en los firmes de la autopista, consistentes en la extensión de una nueva capa de rodadura al carril derecho, precisamente el que presenta este problema. Acega garantizaba que esta nueva capa de rodadura ofrecía un mayor rozamiento entre el neumático del vehículo y el aglomerado, traduciéndose en un mayor agarre del vehículo a la carretera, aunque la percepción visual de los usuarios pudiese ser otra. No obstante, solo circular por la autopista un día lluvioso se puede corroborar que las quejas de los usuarios son más que corroborables.

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