El Consejo General del Poder Judicial difundió ayer los datos sobre la actividad de los juzgados durante el tercer trimestre de este año. Tanto en las salas de Lalín como en los de A Estrada queda en evidencia que, aunque mejore la cifra de resolución de casos, no logran reducir de forma notoria los procesos pendientes por la carga de trabajo que se arrastra de periodos anteriores y sobre todo de la huelga de funcionarios que hubo entre febrero y mayo.
En conjunto, los juzgados de la zona iniciaron julio con 1.338 asuntos pendientes, mientras que en abril había 1.080. Entre julio y septiembre entraron, además, 767 casos, muy por debajo de los 1.022 que habían ingresado en el segundo trimestre. Pero los 707 casos resueltos (frente a los 763 del periodo anterior) no consiguieron mejorar la cifra de asuntos en trámite al cierre de septiembre: son 1.409, casi un centenar más de los 1.338 que había al terminar junio.
Como decíamos, la causa de esta pendencia son los procesos que se arrastran de atrás. Si vemos los datos por partidos judiciales, en el de Lalín cuando comenzó el tercer trimestre había 801 expedientes en trámite (en el segundo trimestre eran 588). Los dos juzgados ingresaron, además, 437 nuevos procesos. Son menos de los 671 que recibieron entre abril y junio, es cierto, pero es que se resolvieron también menos: 387 frente a 458. De ahí que los asuntos pendientes cuando acaba el tercer trimestre también suban, aunque lo hagan de manera leve: pasan de 801 a 853. Estos datos permiten calcular la tasa de pendencia: basta con dividir los asuntos que quedan pendientes entre los que se resolvieron. En Lalín, si aumentan los casos pendientes y bajan los despachados, es obvio que sube la tasa de pendencia. Ahora está en 2,20, mientras que en junio se quedaba en 1,75. Siguiendo con las matemáticas, al multiplicar ese 2,20 de pendencia por 12, obtenemos los meses necesarios para poner al día todos los asuntos pendientes. En los juzgados de Lalín, si al finalizar junio bastarían 21 meses, al cierre de septiembre ya serían necesarios 26,4, es decir, más de dos años y dos meses para despachar procesos en trámite y sin ingresar ningún asunto nuevo.
A Estrada, sin embargo, logra reducir esa tasa de pendencia, que pasa de 2,76 a 2,71 o, lo que es lo mismo, de 21,12 meses para cerrar asuntos pendientes a 20,8 meses. Los juzgados estradenses mejoran sus cifras porque consiguen resolver más asuntos e ingresan menos expedientes nuevos. Cuando arrancó julio, estas salas tenían 537 asuntos en trámite. Igual que en Lalín, la cifra también superaba los 492 procesos que había al inicio de abril. Pero en este tercer trimestre entraron 330 nuevos pleitos, menos que los 351 del periodo anterior. Y, del mismo modo, se revolvieron unos pocos más que en el segundo trimestre: 320 frente a 305. Así es que los juzgados de Tabeirós-Montes concluyen el trimestre con 556 asuntos en trámite, una veintena más que los 537 del trimestre anterior.
El movimiento de asuntos permite analizar otro concepto, el de la tasa de congestión. En este caso, se suman los asuntos pendientes al inicio y los registrados, y su resultado se divide entre los resueltos. Y, de nuevo, los asuntos de temporadas anteriores castigan la cifra de Lalín: su tasa de congestión pasa de 2,70 a 3,20. En A Estrada baja, aunque sea poco: de 2,76 a 2,71.
