Como cada año por estas fechas, las cajas rojas de la solidaridad llegan a distintos establecimientos de A Estrada para emprender una recogida de alimentos no perecederos en favor de Cáritas Parroquial. La organización presentó ayer su famosa Operación Kilo, una campaña con la que nutre su banco de alimentos para poder prestar ayuda a las familias que se encuentran en una situación de necesidad. El director de la agrupación parroquial, José Manuel Vázquez, indicó que Cáritas repartió 21.000 kilos de comida en este 2018 para cubrir las necesidades básicas de unas 640 personas.

Y es que en estos momentos son 160 las familias usuarias de este banco de alimentos, con una media de cuatro miembros en cada unidad familiar. Vázquez reconoció que el número bajó con respecto a años anteriores. De hecho, en 2017 Cáritas atendía a casi 200 familias. "Bajan más los usuarios pero llevan más los que quedan ", explicó, al apuntar que la distribución de alimentos de este año se mantiene en la línea de campañas precedentes. "Salimos de la crisis pero salió el que salió. El que entró en profundidad, veremos cuándo sale, reflexionó el director de la organización parroquial, que apuntó a la precariedad laboral y aseguró que algunos usuarios, para poder prescindir del recurso a la ayuda de Cáritas y mantener su familia a flote, tienen hasta cuatro empleos.

De los 21.000 kilos de alimentos repartidos, la Operación Kilo de 2017 permitió cubrir 15.600. El resto proceden de la Unión Europea o de aportaciones realizadas por distintos ciudadanos. A mayores, Cáritas cerrará el ejercicio con gastos por 30.000 euros. Además del pago del local para realizar su actividad, la organización hizo frente con estos fondos a pagos de facturas, alquileres, bombonas de butano o programa de transeúntes, entre otras aportaciones. Es por ello que durante la campaña que ahora comienza también agradece las aportaciones económicas, para las que tiene habilitada una hucha en la iglesia identificada como "donativos para Cáritas" o bien a través de local de la organización, en el número 22 de la Rúa San Paio.

En cuanto a las aportaciones de alimentos, las cajas de la Operación Kilo estarán, debidamente identificadas, en Familia, Día, Froiz, Gadis, Chedas, Alimentación La Santiaguesa, Mucha, Villa Brasil, Collazo, Luciano y Taberna de Ouzande. Aunque Cáritas agradece cualquier donación, reconocen que artículos como las galletas, el cacao o el aceite son muy utilizados -para servir de desayuno y cena a niños y personas mayores- y que se agotan antes que otros, caso de las pastas o el arroz, por ejemplo.

Por otro lado, José Manuel Vázquez -acompañado ayer por Lourdes Tejedor y Natalia Torres- indicó que la última campaña aportó 600 juguetes para repartir esta Navidad y que el ropero de la entidad vive uno de sus mejores momentos.