El IGE dio a conocer ayer los datos definitivos del año pasado sobre la construcción de edificios. En las comarcas se realizaron, en conjunto, 124 obras (92 en los municipios dezanos y las 32 restantes en A Estrada, Forcarei y Cerdedo-Cotobade). A esta cifra hay que añadir los cuatro edificios en demolición y las dos viviendas que se encuentran en situación similar. Por otra parte, las 124 construcciones quedan lejos de las 160 que se registraron durante el ejercicio de 2016, lo que nos da una idea del estancamiento que todavía vive el sector tras la recesión económica, diezmado por la falta de poder adquisitivo y la caída de población.

Para darnos cuenta de hasta qué punto está parada la demanda de un hogar en la zona, basta con ver los datos de los edificios de nueva planta: hay 59 en total, repartidos entre los 45 de Deza y los 14 de Tabeirós-Montes. Pues bien, de esos 59, resulta que 48 no son de uso residencial, sino que se dedican a otros fines como agroganaderos. Por municipios, esas 59 construcciones nuevas se distribuyen por este orden entre Rodeiro (26), Silleda y A Estrada (cada una con 13), Lalín (4), Vila de Cruces (2) y Cerdedo-Cotobade (1).

Precisamente, el poder adquisitivo también frena el acceso a vivienda nueva. Si en 2016 había 86 edificaciones de este tipo y en 2017 caen a las 59 mencionadas, la rehabilitación de edificios sin embargo sí se asienta. En 2016 eran 57 casos, y el año pasado se quedaron en los 53. De nuevo, Deza se lleva la mayor parte, con 42 reformas, frente a las 11 de Tabeirós-Montes. Y en esta categoría se impone Silleda, con 25 rehabilitaciones, secundada por las 10 de A Estrada, las 8 de Lalín y las 6 de Vila de Cruces. Rodeiro aporta tres rehabilitaciones y Forcarei, una. A modo de apunte, las 25 reformas de Trasdeza en edificios casi duplican los 13 de obra nueva.

Sí suben, por su parte, las viviendas de planta nueva, y la hacen gracias al empuje de A Estrada. El IGE contabiliza el año pasado 24 viviendas de este tipo, muy por encima de las 10 del ejercicio de 2016. Y nada menos que 20 se localizan en la capital estradense. Las cuatro restantes pertenecen a Silleda (2), Lalín (1) y Cerdedo-Cotobade (1). La rehabilitación de viviendas es ya bastante más modesta: hay cuatro casos (en 2016 eran seis), y se reparten entre Lalín, Rodeiro, A Estrada y Forcarei.

El IGE permite también calcular la variación neta del parque de viviendas, que es la diferencia entre las licencia que se conceden para la construcción de viviendas y las que se otorgan para demolerlas. Así pues, A Estrada muestra la variación neta más alta, con 20 casos de diferencia, mientras que en Silleda esta variación es de 2, y tanto en Lalín como en Rodeiro, de uno.

Datos provinciales

Si nos atenemos a los datos provinciales, en 2017 la variación del parque de viviendas fue de 548 (en 2016 fue de 336). En toda Pontevedra sí se imponen los edificios de nueva planta, con 471 construcciones, frente a los 364 en rehabilitación. Es justo la tendencia contraria a las comarcas, y se explica precisamente por ese progresivo aumento de población en las zonas costeras o en el área metropolitana de las ciudades de Vigo y Pontevedra. Hay además, 462 viviendas de nueva planta y otras 136 que se sometieron a reformas.