La Guardia Civil investiga si unos restos humanos aparecidos junto a un carballo en Pazos de Borela corresponden a Paulino Cores Portela, un vecino de esta localidad desaparecido el 27 de agosto del año 2017. Al parecer los restos fueron encontrados por casualidad por un vecino que se encontraba realizando labores de roza.

Los restos hallados se encuentran en un avanzado estado de descomposición por lo que la Guardia Civil ha ordenado la realización de una prueba de ADN, comparando estos parámetros con los de algún familiar de Paulino Cores. Será el resultado de esta prueba la que confirme la identidad del cadáver.

Los restos aparecieron en las inmediaciones de la misma carballeira en la que la familia de Paulino Cores situó su desaparición y en la que se centraron las labores de búsqueda el pasado verano. Junto a los restos, la Guardia Civil localizó una cuerda suspendida de la rama de un carballo.

La familia de Paulino Cores Portela alertaba de su desaparición el mismo día en que ocurría. Su hija, de 17 años de edad y que compartía vivienda con el hombre, inició inicialmente su búsqueda en solitario y al no hallarle presentó denuncia a las pocas horas.

Un portavoz de la familia aseguraba entonces que Paulino no llevaba dinero encima cuando desapareció, lo que les hacía sospechar que su desparición se debía a una decisión voluntaria.

Paulino Cores, un hombre de 55 años de edad, fue el centro de un amplio dispositivo de búsqueda durante el pasado verano.

Protección Civil participó, junto a los vecinos, en las tareas de rastreo del entorno, sin éxito.

SOS Desaparecidos se sumaba al dispositivo de búsqueda y distribuía a través de las redes sociales imágenes de Paulino Cores para tratar de dar sin su paradero, sin éxito.

La Guardia Civil lideraba entonces las investigaciones para esclarecer lo ocurrido y ya el pasado verano, sin descartar ninguna hipótesis, baraja la posibilidad de que Paulino Cores hubiese decidido ausentarse de su domicilio sin comunicárselo a sus familiares.