La brecha salarial entre hombres y mujeres continúa siendo uno de los caballos de batalla en pleno siglo XXI, con diferencias importantes en las retribuciones en función del sexo del trabajador por desempeñar idéntico puesto. Esta situación también se constata en la pensiones, pues las rentas de las féminas son inferiores a la de los varones. Si atendemos al empleo en la comarca dezana, el perfil del desempleado es el de una mujer de entre 46 y 55 años con un nivel formativo de ESO, que acumula más de 24 meses de antigüedad en su demanda, sin empleo anterior, y la ocupación más demandada es la de dependienta de comercio en general.
Así se deduce del estudio comarcal sobre el mercado laboral gallego elaborado por la Xunta para el presente año, con datos cerrados del ejercicio anterior. Si nos centramos ahora en las contrataciones, el perfil de las inserciones laborales en Deza es el de un hombre con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años, con título de ESO y empleado en empresas dedicadas a la hostelería. El epígrafe concreto es el de camareros asalariados, que son contratados de manera temporal.
Este amplio estudio analiza otras variables como las ocupaciones con mayor número de altas y sexo durante el pasado año. Los camareros asalariados representan casi el 23%, con un total de 2.318 altas. El siguiente grupo ya está a gran distancia (604 altas) y corresponde a los vendedores de tiendas y almacenes. Promotores de venta (420), conductores asalariados de camiones (377), peones de las industrias manufactureras (361), ayudantes de cocina (265), personal de limpieza de oficinas, hoteles y establecimientos (261), cuidadores a domicilio de personas (250), albañiles (219) y peones ganaderos (184) completan este listado.
Por otro lado, también podemos comprobar que los dezanos sin empleo anterior (10,3%) son los que representan el mayor porcentaje de paro registrado en función de la actividad económica. Servicios de comidas y bebidas, administración pública y de defensa, comercio al detalle, actividades de construcción especializada, construcción de edificios, agricultura y ganadería, industria de alimentación, confección de ropa de vestir y comercio e intermediarios de comercio completan este registro. Si nos ceñimos a la antigüedad en la demanda aquí aparece un dato revelador y preocupante: el porcentaje más elevado -tres de cada diez- acumula más de dos años a la espera de una oportunidad laboral. Otro 15 por ciento lleva entre uno y dos años sin empleo y solo el 9% rebaja su tiempo de espera por un empleo por debajo de los 30 días.
En lo que respecta a las afiliaciones a la Seguridad Social, la evolución entre 2013 y 2017 indica que este censo pasó de 12.668 a 13.066. Las diez actividades económicas con mayor porcentaje de afiliaciones son: agro, comercio -salvo de vehículos-, actividades de construcción especializada, servicios de comidas y bebidas, industria de la alimentación, transporte, comercio e intermediarios, administración pública, fabricación de productos metálicos y actividades sanitarias.
La evolución del paro en la comarca dezana, durante el año pasado, indica una reducción del 10%, pasando, por otro lado, de 3.373 desocupados en el año 2013, para cerrarse el último ejercicio con 2.157 personas sin empleo.
