La piedra seca gallega acaba de ser incluida en la lista representativa del patrimonio inmaterial de la Unesco, como parte de una candidatura conjunta de ocho países europeos liderada por Grecia y Chipre, y en la que participan, entre otros, España. El reconocimiento de la inclusión en la lista representa el compromiso de los países en la ejecución de medias de salvaguarda específica para que las comunidades locales puedan tener las condiciones para su mantenimiento y difusión. La piedra seca es una técnica de construcción tradicional que prescinde de cualquier argamasa o mortero, y se transmite a través del milenario oficio de los canteros. Puede verse en muros, cierres y construcciones para diferentes usos agrarios, desde albarizas y neveras hasta palomares, hórreos o molinos. Hay ejemplos abundantes en toda la geografía gallega, pero sobre todo en las comarcas de Deza y Terra de Montes, así como en Fisterra, Terra Cha, Ribeira Sacra o Pontevedra. La inclusión no supone requisitos adicionales para los propietarios.