El Concello de Lalín recaudó durante el año pasado casi 204.000 euros menos de los principales tributos y tasas municipales que los derechos liquidados en 2016. La caída en los ingresos se debe, por segundo ejercicio consecutivo, a que llegan menos recursos de la contribución urbana. Si en la comparativa de 2016 respecto a doce meses antes el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de naturaleza urbana había descendido en casi 133.000 euros, ahora a las arcas municipales han llegado 549.000 euros menos que los de la recaudación de 2016. El balance contable se compensa, en cierta medida, con más ingresos por el impuesto de construcciones o en las tasas por abastecimiento de agua y alcantarillado.
Lalín continúa manejando unas transferencias tributarias y de tasas que rebasan los 8 millones de euros y en las que, como acontece en todos los concellos, la contribución es la principal fuente de ingresos, además de la basura. Si desglosamos los tipos de IBI, además del ya mencionado descenso de la contribución urbana, los recibos de naturaleza rústica sí suben su aportación -un 33%-, aunque estamos ante un tributo que en total apenas rebasa los 51.000 euros. Otro buen pellizco para las arcas públicas es aportado por los denominados Bienes Inmuebles de Características Especiales (BICES). En el caso de la administración municipal lalinense, autopista e instalaciones energéticas como parques eólicos son sus principales vías de financiación. La cuantía anual se mantiene por encima de los 436.000 euros. Como indicamos con anterioridad, el alza en la recaudación por abastecimiento de agua sube, pasando de 397.955 a 596.276 euros. Y la de alcantarillado se incrementa un 44%, dejando casi 140.000 euros a mayores en un año. Otro impuesto municipal relevante es el de vehículos, que, aunque sube, se mantiene en unos parámetros muy semejantes al de los últimos años, sobre todo cuando el anterior grupo de gobierno modificó la ordenanza para que Lalín tuviese este tributo entre los más baratos de Galicia.
Los ingresos ligados, en cierto modo, a la actividad económica se incrementan. El de Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) aporta 112.700 euros a mayores, mientras que el de actividades económicas crece un 4% y se va hasta los 392.000. La supresión de las plusvalías municipales no implica que el Concello siga obteniendo recursos por un tributo potestativo que ya no está regulado en una ordenanza tras ser eliminadas. Con todo, en 2016, ya sin este tributo en vigor, la recaudación ascendió a algo más de 400.000 euros y durante 2017 fueron 241.000. Las transferencias por el pago de la basura caen levemente, pero todavía se mantiene por encima del millón de euros, mientras que las tasas por la utilización de instalaciones deportivas mantienen una tendencia alcista y ya alcanzan casi el medio millón de euros. Sí se constatan movimientos dispares en otros tributos o tasas, aunque siempre estamos hablando de montantes económicos poco representativos sobre el balance económico total. Otras, como las licencias de vados, prácticamente se mantienen.
Lalín es uno de los municipios que tiene establecida una regulación sobre la utilización de la vía pública para la instalación de mesas en las terrazas de negocios de hostelería. Todas las autorizadas repercuten en la cuenta un total de 15.545 euros, apenas 3.600 a mayores que los fondos obtenidos durante 2016. En la liquidación presupuestaria aprobada por el ayuntamiento también se comprueba un aumento en la recaudación por los puestos de mercados o puestos ambulantes. Las licencias de primera ocupación casi cuadruplican los ingresos anteriores.
