Promove ha sido la empresa elegida, entre las siete que se presentaron al concurso, para elaborar el proyecto de humanización de las calles Principal y Joaquín Loriga. El valor total de la obra a ejecutar se estima en unos 450.000 euros. El estudio lalinense de arquitectura dispondrá de un plazo máximo de dos meses para redactar su propuesta definitiva, si bien el gobierno espera que sea menos tiempo. En cualquier caso, las obras "no estarán terminadas en este mandato, aunque, probablemente, sí empezadas", tal como indicaron ayer el alcalde y el edil de Urbanismo.

Rafael Cuíña y Nicolás González Casares presentaron la propuesta técnica con la que se llevó el concurso el equipo de Promove formado por Abel Mato, Susana López, Orquídea Salinas, Aida Janeiro y Pablo Dafonte. "Es un proyecto espectacular, funcional, para la que pretendemos que sea una rúa de comercio y de ocio de las más espectaculares que pueda haber en Galicia", opina el regidor, "orgulloso" de que la mejor opción lleve la firma de una compañía local. El teniente de alcalde alude al "arduo trabajo" para definir las prescripciones técnicas del concurso, con la plataforma única como premisa principal, junto con la humanización de espacios o el aumento de carga verde. "En los últimos diez años esta calle sufrió bastante y precisa una modernización", aduce Casares.

La actuación se enmarca en la estrategia DUSI Lalín Ssuma 21, cofinanciada en un 80% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, y permitirá la mejora de Principal y Loriga tanto en su estética como en su movilidad. Pasarán a tener prioridad peatonal mediante plataforma única, aunque se mantendrán abiertas al tráfico entresemana y cerradas de viernes a lunes, como hasta ahora. El alcalde apostilla que, probablemente, haya que abrirlas los fines de semana cuando se realice la reforma de Wenceslao Calvo Garra, en las primeras semanas de 2019.

Promove abrirá la elaboración del proyecto a la participación ciudadana, uno de los parámetros que más puntuaba en el concurso. Así, la próxima semana se convocará una reunión informativa abierta a vecinos y comerciantes de estas calles y del municipio en general para explicarles la propuesta técnica. Pero, luego, la empresa deberá dar voz a la sociedad para que pueda realizar aportaciones al proyecto.

Abel Mato incidió en "la complejidad de saber hacia donde partir" a la hora de formular su propuesta técnica. Su equipo decidió tomar la base existente de "calles clásicas", con el Kilómetro Cero como "epicentro a nivel funcional y estético", cruce de las calles principales de Lalín y lugar de paso del Camino de Invierno, por el que cada vez irán transitando más peregrinos. "Otero Pedrayo definía a Lalín como una aldea grande en la que paraba el Castromil y había una feria", apunta Mato, cuyo estudio se empapó de fotografías históricas para desarrollar su idea. "Creo que llegamos a un equilibrio, incluso funcional, entre la necesidad de mantener el tráfico rodado y la incorporación de mobiliario urbano, plantaciones e iluminación", declara el arquitecto, que agradece la colaboración del colega paisajista Martín Toimil.

"Partimos del Kilómetro Cero como epicentro, siguiendo las pautas históricas y reforzando lo existente, potenciamos la permeabilidad de la calle en cuanto al paso de coches y peatones", explica Aida Janeiro. Se genera una zona peatonal en el centro, que se hace más permeable a la entrada de coches cuanto más se aleja del KM 0. "Esto se consigue mediante espacios verdes y bancadas con macetas verdes que se pueden mover para configurar el espacio urbano en función de las necesidades", añade. Manteniendo mobiliario y farolas, se refuerza la iluminación, con luz indirecta hacia la vegetación y los bancos; y lo más destacado es un "aro central" que marca el KM 0. Esta iluminación cenital, que se apoyará sobre un poste "lo más etéreo posible", recuerda a una luz colgante que había en la década de 1930.

El proyecto también contempla el enterramiento de los contenedores de basura, con una solución distinta, más avanzada que la utilizada sin éxito en la calle D (Antonia Ferrín). "Son contenedores de nueva generación, que no provocarán olores", afirma Cuíña. Y la estatua de Laxeiro situada en el museo se colocará delante del edificio del antiguo Banco Pastor, con un texto suyo grabado a sus pies.