| El desplome de las temperaturas en Lalín, a pesar del veranillo de San Martín, invita a abrigar hasta las esculturas. Ayer por la mañana, la estatua que recuerda a Balbino, el protagonista del libro Memorias dun neno labrego y que adorna la calle homónima en su cruce con la Praza da Marina, amaneció con un gorro de lana, muy acorde con la temporada.