El concejal de Urbanismo de Lalín, Nicolás González Casares, apuntaba anteayer la inexistencia de novedades acerca de la posible instalación de la planta de reciclaje de neumáticos en el polígono de Botos e indicaba además que el Concello estaba a la espera de una respuesta de Aguas de Galicia acerca de si el proyecto de la compañía Racso Soluciones tenía la autorización de vertidos correspondiente. Pues bien, ayer el alcalde, Rafael Cuíña, hacía pública la recepción de una carta de este organismo autonómico mediante el que se insta a ayuntamiento a informar "en el ámbito de sus competencias para los efectos de la resolución que en su día adopte esta entidad".

La comunicación fue recepcionada en el registro municipal el miércoles día 8 y en la misma se indica que el Concello deberá pronunciarse antes de 15 días sobre dicho procedimiento administrativo. Y que, de conformidad con las disposiciones indicadas, en caso de que el ayuntamiento no emitiese su informe en el plazo señalado, Augas de Galicia continuará con las actuaciones. Asimismo, la entidad dependiente de la Consellería de Infraestruturas remite a la administración municipal la documentación aportada por el interesado -la empresa-, solicitando que le sea devuelta de nuevo una vez analizada para la elaboración del informe.

Sobre la posible implantación de esta polémica industria, sobre todo a raíz de la presión vecinal, que llegó a provocar campañas de recogidas de firmas en zonas como Soutolongo, Botos o Doade -parroquias limítrofes con el polígono de Botos- se pronunció ayer el alcalde. En una entrevista en la emisora municipal habló sobre la posible paralización de la actividad de la industria de León, visitada por él mismo o por Casares en desplazamientos diferentes junto con vecinos para conocer estas instalaciones, como ejemplo de lo que Racso pretendía instalar en Lalín. Cuíña dijo que aquellas visitas se organizaron por el Concello a petición de los vecinos y reiteró, contra lo que defiende el Partido Popular, que el gobierno frenó cuando pudo la posibilidad de que la industria pudiese desembarcar por silencio administrativo al exigir documentación en el plazo que establecen las solicitudes de comunicaciones previas. "Mientras yo sea alcalde esta empresa no se instalará con los informes que tenemos a día de hoy", remarcó.

Por otro lado, apuntó que Racso llegó al ayuntamiento con un proyecto en el que obtuvo una subvención de más de 300.000 euros del anterior gobierno central y con un informe de evaluación ambiental simplificado positivo de la Xunta "y sin los informes de Aguas de Galicia". Replicó a las críticas vertidas por el portavoz municipal popular, José Crespo, quien atribuyó únicamente a los vecinos la paralización temporal del proyecto, indicando que si el exalcalde siguiese ahora al frente de la corporación Racso ya estaría asentada en Botos. "Ya dijimos el 4 de abril que no íbamos a darle licencia a la empresa", insistió, a la par que dijo que ya más tarde el grupo de la oposición comenzó a interesarse por este asunto.