En esa primera regularización "afloraron entre 1.400 y 1.500 edificaciones" que hasta entonces no estaban dadas de alta ante Catastro y, por tanto, no tributaban. Posteriormente, el pasado año 2017, se abrió un nuevo período de actualización catastral voluntaria que durante un mes ofreció un servicio de atención a los interesados. Ya entonces se advirtió que era importante hacerlo para evitar la tasa que, a modo de tarifa plana, deberán abonar ahora los 3.000 inmuebles afectados por la regularización catastral de oficio impulsada por Catastro. Esa segunda regularización "funcionó bastante bien", recordó el munícipe. Se dieron de alta "600 construcciones" -muchas de ellas galpones agrícolas- para evitar la tasa de 60 euros y los 4 años de atrasos.