El número de accidentes con víctimas en las carreteras de la provincia acumulados desde el inicio de año hasta el puente de Todos los Santos se elevó a 1.055. La cifra supone un descenso del 15 por ciento con respecto a los siniestros transcurridos el pasado año, 1.243. Hasta 19 personas han perdido la vida en accidentes en las vías de la provincia en los primeros diez meses de este año, de las cuales 6 se produjeron en la N-550, lo que convierte a esta carretera, que supone la principal alternativa a la AP-9, en el vial con mayor número de fallecidos.

Los datos fueron anunciados ayer por la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba y la nueva directora provincial de la Dirección General de Tráfico, Paula Yubero, junto con el capitán del subsector de la Guardia Civil de Pontevedra, Leovigildo Villares, durante un control establecido por la Benemérita la N-550 a la altura de A Ermida, en la parroquia de Cerponzóns, precisamente por ser el vial que mayor número de víctimas mortales se cobró en los primeros diez meses del año. Allí se presentó la campaña de Tráfico de vigilancia especial en vías convencionales.

Los datos provinciales revelan una importante concentración de los accidentes con víctimas en los viales entre los meses de julio y septiembre, con lo que se ve más condicionado el aumento de tráfico en las carreteras que al mal tiempo en sí como causa de los siniestros. Además, la mayoría de los accidentes se producen en horario laboral, entre las 8 de la mañana y las 20 horas y de lunes a viernes. "A veces pensamos que la mayoría de los accidentes se producen en horario nocturno y relacionado con el ocio, pero no, está más relacionado con el horario laboral", aclaraba Larriba.

Otro de los datos facilitados es el referente a la edad de los fallecidos en estas carreteras de la provincia, donde la franja de entre 35 a 44 concentra el 21 por ciento de las víctimas mortales, siendo superados por los mayores de 65 años, cuya cifra supone el 41 por ciento.

Incremento de drogas

Los datos fueron facilitados en la presentación de la campaña de seguridad vial puesta en marcha a nivel nacional y que en la provincia va a suponer un aumento de los controles en las carreteras convencionales, las que no están desdobladas. "Son las prioritarias para nosotros porque concentran el mayor número de accidentes, entre las que está la N-550, que tenemos un especial interés en tenerla vigilada", indicaba Villares.

En estos puntos los agentes se concentrarán en el control de los mayores factores concurrentes de la accidentalidad en los viales como son el exceso de velocidad o el consumo de alcohol y drogas por parte de los conductores, pero también las conductas que generan distracción como el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos. Además, también revisarán el uso de los cinturones de seguridad y de los sistemas de retención infantil, según afirmó Villares.

En ese sentido, el capitán del subsector de la Guardia Civil alertó del aumento en los positivos en los test de alcoholemia y de consumo de drogas. "Respecto a las drogas, se constata un aumento importante y es preocupante, hace falta más concienciación", indicó.

De las casi 5.000 pruebas de consumo de drogas, han dado positivo más del 44 por ciento, según señalaba Yubero, matizando que el número de controles de este tipo no es tan alto como el de alcohol porque se realiza "cuando se nota en la sintomatología de los conductores".

Visibilización

La campaña de vigilancia especial en vías convencionales presentada ayer se desarrollará a lo largo de toda la semana por "el mayor número de viales convencionales posibles", según Villares. La principal diferencia entre estos controles y los convencionales es que la Guardia Civil focalizará sus recursos en este tipo de carreteras interurbanas no desdobladas. "Queremos hacernos los más visibles posible y tratar de controlar el mayor número de vehículos posibles a efectos de que se cumple con los requerimientos del vial", explicó el capitán.