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Sistemas de saneamiento

Las depuradoras de Lalín y A Bandeira tienen el peor estado de agua de las seis de la zona

Augas de Galicia evalúa las EDAR que dan servicio a más de 2.000 habitantes -Solo la estación trasdezana usa luz ultravioleta para eliminar el nitrógeno -El contrato de Cruces con Espina y Delfín expira el próximo año

Vistas de la depuradora de Silleda, en la parroquia de Ponte. // Bernabé/Javier Lalín

En la provincia, según los datos de Augas de Galicia, funcionan 44 estaciones que depuran las aguas residuales de poblaciones con al menos 2.000 habitantes. Seis de ellas se localizan en la zona norte, es decir, en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Así, Augas de Galicia menciona la EDAR de A Estrada, las dos que operan en Lalín (una da servicio al casco urbano y otra al polígono de Botos), la de Vila de Cruces y otras dos en Trasdeza (una en Silleda y la otra en A Bandeira).

Todas ellas cuentan con un pretratamiento de las aguas residuales para evitar obstrucciones en los equipos por residuos sólidos, arenas o grasas. En el caso de dos de las más antiguas, la de Lalín (se puso en marcha en 1994) y la de Cruces (en 1998) existen rejas que frenan la entrada y debastan elementos gruesos y finos, así como un sistema de desarenado y desengrasado. La de Botos, al dar servicio a un polígono, opta por un pretratamiento a base de tamices, un sistema rotativo. Precisamente, los tamices se incorporan, además de los debastados, a las EDAR de Silleda (que funciona desde el año 2001), A Estrada (2005) y A Bandeira (2011).

Botos, al tener que trabajar con aguas de actividad industrial, aplica además un sistema físico-químico de depuración. En las demás EDAR se pasa directamente a un sistema de tratamiento secundario, con lodos activados, mientras que en la de Botos se opta por lechos inundados. Los lodos activados son un proceso biológico en el que los microorganismos metabolizan los posibles contaminantes que haya en las aguas. A posteriori, se pasa a un tratamiento avanzado para eliminar, también con bacterias, el nitrógeno, aunque en la EDAR de A Bandeira se aplica un sistema mucho más moderno, la desinfección por luz ultravioleta. Esta opción, que ya se emplea en el 20% de las EDAR de Norteamérica, gana adeptos frente al uso de sustancias como el cloro gas porque no añade nada al agua, de modo que reduce a cero la posibilidad de crear o liberar subproductos cancerígenos en el medio ambiente. Como en cualquier otra depuradora, las EDAR de la zona generan lodos después de tratar las aguas. Esos lodos, una vez deshidratados, suelen tener como destino la fertilización de campos agrícolas. A nivel estatal se calcula que las depuradoras generan al año 1,13 millones de toneladas de lodos. El 82% de estos lodos se usan como abono, mientras que el 6% termina usándose como materia energética. Su depósito en vertederos supone un 7%, y el 5% restante tiene otros fines.

El análisis de Augas de Galicia es de julio de este mismo año, y evalúa el estado de las masas de agua en las que vierten estas depuradoras. Es bueno o mejor en el caso de las estaciones de Cruces (vierte en el Rego de Orza); Botos (río Asneiro); A Estrada (río Liñares); y Silleda (Deza). Las aguas del río de Caseta, en el que vierte las aguas depuradas la estación de A Bandeira, o el Rego de Cavirtas, tras la EDAR de Lalín, presentan un estado "peor que bueno", según Augas de Galicia. Espina y Delfín, que se encarga del saneamiento de Lalín y que está prorrogado tras la expiración del contrato el 30 de septiembre, también remata su contrato con cruces, después de 20 años, en 2019.

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