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El filón comercial del truco o trato

Las tiendas de proximidad aprovechan el auge de la celebración de Samaín y Halloween

Poco importa si uno se aferra a las raíces y defiende que en la noche del 31 de octubre se celebra el Samaín o si prefiere dejarse seducir por la diversión del truco o trato que promete Halloween. El caso es que de un tiempo a esta parte esta fiesta se ha convertido en todo un filón comercial, colándose en buena parte de los escaparates de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes y ofreciendo al comercio de proximidad una oportunidad para incrementar las ventas de determinados productos antes de centrarse en la campaña navideña.

Si hace años la huerta propia o ajena se encargaba íntegramente de suministrar las calabazas que más tarde se decorarían de un modo terrorífico, ahora los padres recurren a fruterías y supermercados para que sus hijos lleven al colegio todo un emblema que comparten Halloween y Samaín. Son muchos los que tienen que tirar del comercio para asegurarse de que sus hijos sumen su propia pieza a las exposiciones que estos días adornan los centros educativos.

La versión en plástico de este fruto de la huerta es otro clásico en las ventas de estas jornadas, en esta ocasión pensando en la recolecta de caramelos. Jugueterías y bazares ofrecen tallas y colores, al igual que un sinfín de artículos para garantizar un buen susto. Telas de araña, insectos de plástico, dentaduras con afilados colmillos y un sinfín de accesorios para acompañar a los disfraces que también encabezan las ventas propias de esta festividad. Las fiestas de Halloween y Samaín marcan la etiqueta para que luzcan esqueletos, brujas, vampiros o monstruos. Quienes no olvidan hasta el último detalle para infundir pavor con su indumentaria se animan incluso a cambiar el color de sus ojos, dando opción a las ópticas para sumarse al filón comercial de estas fiestas.

La celebración tiene su vertiente gastronómica, que el sector sabe explotar. Junto a la tradición de los huesos de santo, de todo tipo de sabores, las pastelerías y tiendas de golosinas también brindan un amplio surtido para que los más pequeños disfruten del "truco o trato". En A Estrada las confiterías llevan varios días tentando ya a sus clientes con huesos de santo y panellets, una tradición totalmente instaurada en el municipio para poner el toque más dulce a la festividad del 1 de noviembre.

Las peluquerías pueden sumarse también al empuje con el que llegan estas celebraciones en los últimos años. Maquillajes para lucir perfectamente caracterizados o uñas decoradas para la ocasión son una oportunidad de negocio, como lo es la propia venta de cosméticos para favorecer estos atuendos en el sector de las droguerías.

Halloween o Samaín. Da igual qué se celebre en cada hogar. El caso es que estas fiestas ganan cada vez más terreno en las comarcas y el comercio, como termómetro de ello, se anima a aprovechar la oportunidad.

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