Lo de menos ayer era la clasificación, saber quién había quedado el primero. Todos y cada uno de los 426 alumnos del colegio Pérez Viondi y todos los docentes dieron lo mejor de sí mismos en la carrera solidaria por la vida con la que lograron recaudar 634,08 euros, que ahora donarán a la fundación Unoentrecienmil para apoyar la investigación y, así, las posibilidades de ganarle el pulso a la leucemia infantil.

Fue "un día de fiesta" en el centro. Los niños corrieron, por edades, por los circuitos habilitados por los profesores de Educación Física. Precisamente otro docente de esta materia, el marido de la exalumna y ahora maestra del centro Amalia Estévez fue quien le comentó a esta la existencia de esta campaña solidaria. Y Amalia, doctora en Química que -antes de ser docente- se dedicó durante diez años a la investigación en Química Orgánica, durante los cuales realizó numerosos compuestos para dianas terapéuticas orientadas a vencer enfermedades, sabía muy bien que sin fondos no se puede investigar. De ahí que pensase en poner su granito de arena. Pensaba hacer la carrera en solitario, por su cuenta, pero todo el centro se le sumó, asumiendo como propio este reto solidario.

También el atleta Marcos Otero -alumno en su infancia del Pérez Viondi y entrenador del Club Atletismo A Estrada desde 2010- quiso contribuir a la causa y, así, de paso, agradecerle al centro el apoyo que siempre le ha brindado. Le donó algo muy especial: la camiseta con la que el pasado mes de septiembre corrió el Campeonato del Mundo de Atletismo Máster celebrado en Málaga. Quiso así concienciar a los niños acerca de que "nadie está libre de tener una enfermedad". También él padeció una y "con apoyo se va superando", remarcó.

Donación de sangre y médula

Pero, ayer, otro magnífico ejemplo de superación lo daba la estradense Iria Blanco, una joven a quien a los 23 años le detectaron una leucemia. Inició entonces "un proceso muy largo" para superarla. Recayó y necesitó un trasplante de médula. Su familia no era compatible pero, afortunadamente, la solidaridad de un donante anónimo la salvó. "Gracias a eso estoy hoy aquí", remarcó. Conoce a Amalia Estévez y quiso apoyarla, al igual que le gusta colaborar con la Fundación Josep Carreras. Ayer quiso estar en el Pérez Viondi para explicarle a los niños de la importancia de donar médula e incluso sangre. "El cáncer es una enfermedad que nos puede tocar a todos pero que se puede superar ", concluyó.