Darsila García, de 88 años, es una de las vecinas afectadas por la futura reforma de la N-541. Su vivienda se encuentra en el tramo que el Ministerio de Fomento tiene previsto ampliar en la carretera, en plena curva. De llevarse a cabo las obras, la entrada de su casa quedaría reducida en gran medida, dejando tan solo unos metros de margen a su puerta. "Estuvieron aquí hace tiempo midiendo y colocaron una especie de marco con un palo", explica la mujer, que reconoce que se encuentra muy preocupada por cómo afectarán los trabajos a su casa. "Si lo tienen que hacer, que lo hagan dejando más sitio para pasar", añade. Además de su vivienda, resultarían agraviados negocios como el restaurante y pensión Manolo o un negocio de piensos, todos ellos en el tramo que desde el gobierno central se quiere modificar con la oposición de los vecinos de la parroquia.