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Dezanos sobresalientes · (LXIV)

Antonio García Conde, especialista en la Edad Media

De Breixa, dedicó parte de su vida a dar clase en el Seminario de Lugo

Poema de García, con que se inicia el libro Episcopologio Lucense.

El periodista e investigador Armando Vázquez Crespo, que fue su alumno, en el libro A comarca do Deza lo describe así: "Generaciones de alumnos recuerdan con afecto el espíritu crítico, el humor desabrido y la claridad rotunda y descarnada con que dictaba sus lecciones de historia o sus clases de Arqueología, materia que para él no tenía secretos. Como archivero de la catedral, su dominio de la paleografía medieval le permitió hacer un completo estudio y catalogación de los fondos allí existentes. Poco amigo de poner en letra impresa sus conocimientos, que parecía reservar para sus alumnos, confió numerosos apuntes y estudios monográficos a dos docenas de libretas manuscritas, que están inéditas; su publicación prestaría un gran servicio a la historia documental de Galicia y en especial a la historia de la Tierra de Deza". Deseamos que algún día salgan a la luz y se puedan publicar. Dejó publicados varios artículos y monografías, entre ellas algunos sobre la comarca del Deza: Estatutos de la ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Carmen de Breixa; Monasterio de Carboeiro. Año de su fundación; Nombres de Carboeiro y Arcedianos de Deza. Antonio García Conde, nació en la parroquia de Santiago de Breixa, en el municipio de Silleda, provincia de Pontevedra, arciprestazgo de Trasdeza perteneciente a la diócesis de Lugo. Fue bautizado el 12 de noviembre de 1889; era hijo de Ramón García Iglesias y de Emilia Conde González, el mayor de nueve hermanos.

Después de hacer los primeros estudios en la escuela de su parroquia natal, decidió que quería ser sacerdote y en el curso 1902-03, comenzó el primer curso de Latinidad en la Preceptoría que funcionaba en la villa de Sarria a cargo de los frailes Mercedarios. Al año siguiente pasó al Monasterio de Samos, en donde bajo la dirección de los monjes Benedictinos, cursó el segundo y tercer curso de Latinidad. En el curso académico 1905-06, ingresó en el Seminario de Lugo, donde cursó el cuarto año de Latinidad y en los cursos siguientes, hasta el de 1910-11 inclusive, realizó los estudios correspondientes a los tres años de Filosofía y los dos primeros cursos de Teología. En octubre de 1907 obtuvo media beca y en enero de 1909 alcanzó la beca completa, en ambos casos por oposición. Tanto en las Preceptorías como en el Seminario obtuvo siempre la máxima calificación de Meritísimos (Sobresaliente) en todas las asignaturas.

En octubre de 1911, marcha becado por la Diócesis, al Colegio Español de Roma, en cuya Universidad Gregoriana se matriculó y cursó los estudios teológicos, donde se Licenció y Doctoró en Teología, en junio de 1914 y 1915 respectivamente, obteniendo en el Doctorado la más alta nota: "Summa cum laude probatus" y la medalla de oro de Su Santidad. En Roma recibió el Presbiterado, el 14 de marzo de 1915, de manos del Cardenal español Rafael Merry del Val.

En septiembre de 1915, el obispo de Lugo, le encargó la dirección de la disciplina en el Seminario y al mismo tiempo le nombró profesor de Latín en los cursos tercero y cuarto y también de Lógica y Ontología en la Sección de Filosofía. Tenía una gran capacidad de trabajo y una cultura eclesiástica integral, por esta razón los sucesivos Obispos lo utilizaron a manera de comodín para cubrir las vacantes que se iban produciendo en el cuadro de profesores del Seminario; hasta 1928, simultaneó o sucesivamente, estuvo a cargo de las asignaturas de Lógica, Ontología, Ética, Historia de la Filosofía, Griego e Historia Bíblica, Teología Dogmatica, Propedéutica, Hermenéutica, Exégesis Bíblica, Teología Pastoral, Liturgia Doctrinal y Ceremonial e Historia Eclesiástica. A partir de 1928, hasta dos meses antes de su fallecimiento, solamente impartió clases de Historia Eclesiástica, Liturgia, Patrología y Arqueología.

Opositó a canónigo Penitenciario, en septiembre de 1919; el Cabildo aprobó por aclamación a los seis opositores que se presentaron, pero García Conde renunció por no tener la edad requerida por los Estatutos. El 13 de enero de 1920, el Obispo Sr. Basulto, publicó un edicto para cubrir una vacante de canónigo, cuyo nombramiento correspondía a la Corona, previa oposición. Esta plaza llevaba consigo el desempeño del cargo de Prefecto de Ceremonias en la Catedral y dar clases de Teología en el Seminario.

Se inscribió como opositor a la canonjía y el tribunal aprobó a los seis opositores que se presentaron, por unanimidad. El Cabildo, para formar la terna que debía enviar al Gobierno, propuso en primer lugar a García Conde. Elevada la propuesta al Rey, nombró canónigo de la Catedral de Lugo, el 18 de abril de 1920. Esta plaza de canónigo llevaba inherente la atención del Archivo catedralicio, cargo que desempeño desde 1923 hasta su fallecimiento.

Los sucesivos obispos le confiaron cometidos diversos o le confirmaron en los que ya venía ejerciendo: el P. Placido, en marzo de 1921, le designó miembro de la Comisión Tercera, preparatoria del Sínodo que proyectaba; en septiembre del mismo año es nombrado Examinador Prosinodal y en 1963, el Dr. Ona, le nombró Juez Prosinodal. En septiembre de 1923, Rey Lemos le nombró su Secretario de Cámara, cargo en el que permaneció hasta el 14 de enero de 1924, en que es nombrado Prefecto de Estudios del Seminario.

El obispo Rafael Balanzá, en julio de 1942, lo nombró Presidente de la Comisión Diocesana de Arte Sagrado y en octubre de 1945, lo designó Representante del Prelado en la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos. En febrero de 1953, fue nombrado Delegado Diocesano de la Oficina General de Información y Estadística, de la Iglesia en España.Fue vocal de la Junta del Museo de Lugo y corresponsal informativo del Anuario Eclesiástico, de Eugenio Subirana, hasta 1927. A García Conde se debe la aportación de los datos relativos a la Diócesis de Lugo en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid, 1972-1975).

A pesar de su amor por la historia, tardó varios años en publicar sus investigaciones. Las primeras publicaciones fueron dos trabajos: Las fundaciones benéfico docentes del Seminario de Lugo, discurso de inauguración del curso académico 1916-17 en dicho centro y Origen de la exposición continua del Santísimo Sacramento en la Santa Iglesia Catedral de Lugo, publicado en el volumen titulado "Lugo y su provincia. Libro de Oro, 1923". También estuvo a su cargo el discurso inaugural del curso académico 1924-25 en el Seminario Diocesano, que versó sobre la Perseverancia de las vocaciones sacerdotales en el Seminario de Lugo.

En la revista Cuadernos de Estudios Gallegos publicó los trabajos: En el Concilio de Zaragoza ¿fueron condenados nominalmente los jefes priscilianistas? y Los tractatus origenis y los origenistas gallegos. En el Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Lugo, publicó: El Obispo Odoario y el Acróstico de Odoario; El archivo de la catedral de Lugo; El obispo lucense Ermenfredo y la restauración de Samos; El ultimo obispo de Lugo elegido por el Cabildo; La escuela catedralicia lucense y Antiguas dignidades de la catedral de Lugo; Laborare de Lugo; Documentos Odoarianos: Testamento mayor de Odoario; Documentos de Santa Comba y Documentos de Meilán; Documentos odoarianos: Documentos de Meilán; Diploma de los votos de Santiago. Data del mismo según una copia del Archivo de la Catedral de Lugo; Don Pedro, Conde de Trastámara, no estuvo en Aljubarrota; Diploma de Alfonso III a Flazenzo y Aldoreto Tritoniz; Monasterio de Carboeiro. Año de su fundación; Nombres de Carboeiro; El roble de San Vicente; ¿Un santo obispo de Lugo, en Ribas del Sil?; El Concilio compostelano de 1080 o de 1061; Diploma de Don Alfonso VI; Magna celebratione divinitatis; Arcedianos de Deza; El contrato con el maestro Raimundo; Vellos falares lucenses; Inventario de bienes de la mesa canonical de Lugo.En el mismo Boletín, también, aparece su firma en la transcripción de varios documentos medievales con notas históricas de su compañero de Cabildo y Rector del Seminario, Francisco Vázquez Saco. Fruto de la investigaciones en el Archivo Histórico Nacional y en los archivos de Lugo, fue el libro EPISCOPOLOGIO LUCENSE, que es una verdadera historia de la diócesis de Lugo, que quedó incompleto, solamente llegó al obispo Fernando Vellosillo Barrio, muerto en 1587; libro que dejo manuscrito en 715 cuartillas y que continuó, terminó y publicó otro gran investigador lucense Amador López Valcárcel.Antonio García Conde fue elegido Académico Numerario de la Real Academia Gallega para ocupar el sillón vacante por el fallecimiento de Manuel Gómez Román ocurrido el 11 de noviembre de 1964. Había preparado su discurso de ingreso: La románica catedral de Lugo, que tendría lugar en un solemne acto en el Monasterio de Samos.

Una dolencia intestinal crónica, acabó con su vida, falleciendo el 20 de agosto de 1966. Sus restos mortales descansan en el cementerio de la iglesia de su querida Breixa natal.

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