A la sombra de estos árboles descansaron muchas generaciones de estradenses. Es un reducto de paz y sosiego, un espacio natural abierto para el disfrute de la ciudadanía en plena Zona Deportiva y a escasa distancia de tres institutos de A Estrada. Aunque -sin saber muy bien por qué-, a esta carballeira le cuesta recuperar el bullicio y la actividad que tenía hace años, este regalo que la naturaleza ofrece no merece el trato que recibe. El BNG se hizo eco ayer de las quejas de usuarios de esta robleda, un espacio que emprendió una nueva etapa tras la reforma que el Concello acometió en 2014 a través de un taller de empleo.

"Está completamente abandonada a su suerte, sin mantenimiento y con basura por todas partes", afirmó ayer el portavoz nacionalista, Xosé Magariños. Reconoce el edil que fueron los propios ciudadanos que acuden con frecuencia a este recinto los que alertaron a la formación del "estado lamentable" en que se encuentra. "Basura por todas partes, bancos y mesas rotas, ramas de árboles tiradas, arquetas sin tapar... un completo desastre que no invita precisamente al ocio y al esparcimiento en la única zona verde con que cuenta nuestra villa", apuntó el concejal del Bloque, que acompañó ayer esta descripción de varias imágenes que hablan por sí solas.

Aunque este partido reconoce que la basura tirada no es atribuible al gobierno sino a la falta de civismo de algunas personas, este grupo recalca que sí corresponde al ejecutivo la obligación de cuidar y mantener este espacio, facilitando que los usuarios del mismo puedan disponer de lugares en los que depositar la basura. Inciden asimismo en que la falta de reposición de mobiliario urbano que se encuentra roto es una muestra de la ausencia "del más mínimo mantenimiento". Así las cosas, el BNG instó al gobierno a tomar medidas "ante el abandono que sufre la carballeira", insistiendo en que, además de un espacio de ocio, es un entorno natural "de incalculable valor". "Ya sabemos que el alcalde es más de cemento y de gastar tres millones de euros en una alameda pero la carballeira nos salió gratis, es un regalo de la naturaleza y es nuestra obligación mantenerla viva y libre de basura".

Hace ahora cuatro años que el personal de un taller de empleo inició una remodelación en este entorno para superar el estado de semiabandono que venía siendo la tónica dominante en el recinto en los últimos años, pese a que otrora este fuese un lugar de reunión para familias y pandillas de amigos.

Con esta intervención se actuó en una superficie de unos 28.000 metros cuadrados, en los que se condensó una inversión de alrededor de 30.000 euros. Las obras se centraron en la recuperación de diferente manantiales que nutren la fuerte y que acaban desembocando en un estanque.

La actuación contempló la creación de "terrazas" mediante la construcción de muretes de contención, creando superficies planas para salvar la pendiente. Se colocó nuevo mobiliario urbano.

No se puede convencer a la gente para que la carballeira recupere el tiempo perdido. Solo pueden dársele motivos para no negarle el paseo a un entorno natural que muchos envidiarían. Después de vivir una época dorada de manta y tortilla de domingo, de fiestas de cumpleaños y de reuniones familiares, esta robleda entró en una etapa oscura marcada por el abandono y el deterioro. Tras la inversión realizada, cabe esperar ahora que se vele por garantizar que no existan motivos para que quienes todavía recuerden los buenos años de esta carballeira le concedan una segunda oportunidad.