A la espera de conocer los datos definitivos de la liquidación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de urbana y de rústica, el Concello de Lalín debería ingresar este ejercicio unos 254.000 euros más que los liquidados el anterior. Este alza se debe a las altas en el padrón fruto del proceso de regularización catastral concluido en 2017, que tendría repercusión en la caja municipal de este año. Así, el procedimiento impulsado en todo el Estado por el Ministerio de Hacienda dio como resultado, según este balance inicial, un total de 676 altas, de las que 495 corresponden a propiedades de naturaleza urbana y las restantes 181 a los de rústica.
Para este año se maneja que Catastro pase al cobro un total de 22.864 valores procedentes de la contribución urbana, que reportarían a las arcas municipales cerca de 3,2 millones de euros. Por tanto, estableciendo una media del precio del recibo, su cuantía se situaría en 139,4 euros. En el caso del IBI de urbana los ciudadanos satisfarían una media de 23,4 euros y las transferencias municipales por este concepto ascenderían a 82.296 euros. Los cerca de 700 inmuebles y propiedades que se incorporaron al padrón en el último año distan bastante de los algo más de un millar de nuevas construcciones que fueron detectadas por Catastro en el proceso de regularización finalizado el año pasado.
Pese al importante alza en el padrón municipal los ingresos respecto al año pasado tampoco suben de una manera muy considerable, una vez que el IBI de urbana alcanzó los casi tres millones y el de rústica había supuesto algo más de 55.500 euros.
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Si echamos la vista atrás un par de años -entre medias se aplicó un descenso al tipo impositivo - entonces sí que se constata una importante diferencia en el dinero que entró en la caja del ayuntamiento por la contribución. Hay que señalar que siempre estamos hablando solamente del IBI de urbana y de rústica. En 2016 los 22.768 recibos del padrón supusieron que el ORAL recaudase para el Concello de Lalín 3,4 millones de contribución urbana y 40.660 euros de la de rústica. A finales de ese año el gobierno local anunciaba el descenso del tipo impositivo en urbana al 0,4% -el mínimo que permite la legislación- y un descuento en las plusvalías. No obstante, el técnicamente denominado Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU) fue finalmente suprimido a raíz de una iniciativa del grupo popular y desde entonces ya no supone ningún ingreso, cuando, dependiendo del año, podría rondar los 300.000 euros.
En 2015, el primer año del mandato del cuatripartito pero con los padrones del anterior, fue el que la contribución más recursos económicos dejó en el concello de estos últimos tres años. La contribución urbana, con 22.830 valores -casi los mismos que ahora- alcanzó una recaudación de más de 3,5 millones de euros, mientras que los 3.304 recibos de rústica aportaron casi 39.000 euros.
