Las captaciones municipales de ríos o embalses no son la única fuente que da de beber a los vecinos de la comarca. Son muchas las poblaciones del rural abastecidas por traídas y comunidades de aguas vecinales que el pasado año, cuando llegaron los meses más duros de la sequía (precisamente entre octubre y noviembre), fueron las primeras que vieron como se agotaron sus manantiales.

Ahora mismo, la norma general es que todavía hay agua en los acuíferos y no se prevén restricciones por el momento, pero sí reconocen que las reservas han descendido notablemente en los meses de agosto y septiembre y la ausencia casi total de lluvias en el último mes no ha permitido que los acuíferos se recuperasen y por eso se mira al futuro con algo de incertidumbre si las precipitaciones no hacen acto de presencia a lo largo de este mes de octubre.

Pozos de nueva construcción

José Luis Castro, presidente de la comunidad de aguas de Campañó, explica, por ejemplo, que "por el momento vamos tirando, hay agua, pero sí que es probable que si en quince días no llueve puede que comience a haber algún problema". El aspecto positivo, es que los vecinos "han aprendido la lección del año anterior" cuando se quedaron sin abastecimiento. "Cuatro o cinco familias han construido sus propios pozos de barrena y esto es una ayuda para toda la comunidad, puesto que es agua de la traída que dejan de consumir" cuando llegue la época de escasez. En Campañó instan a realizar un consumo responsable, aunque son conocedores que en estas semanas se están llevando a cabo labores de campo como la vendimia que, con el lavado de barriles, requieren del uso de cierta cantidad de agua, lo que podría hacer descender aún más las cada vez más exiguas reservas.

Una situación parecida se vive en Cerponzóns. Su responsable, Luis Fontán, explica que en este final de verano se afronta la situación con mejores perspectivas que el año anterior pero que, aún así, se debe realizar "un consumo de forma razonable", dado que coincide en la misma apreciación: "si no llueve en quince días, puede haber problemas". Por ahora, hay reservas en los manantiales y los problemas que se han detectado son puntuales, algún pozo que suele secarse al final del verano como el del campo de fútbol, que consume mucha agua debido a la gran actividad que se registra en la instalación.

Muy parecida es la situación en Pontesampaio. Ramón Agulla es el presidente de una de las comunidades de aguas más grandes de la comarca, dado que abastece a 328 vecinos. "Aquí vamos capeando el temporal", explica mientras recuerda que uno de los principales problemas a los que se exponen los gestores de las comunidades de agua es que los manantiales, al igual que los ríos, no tienen la capacidad de almacenar el agua como los embalses para afrontar los tiempos de carestía, sino que son acuíferos vivos, "en movimiento", que precisan de la lluvia para regenerarse por lo que enseguida se reduce su caudal cuando afrontan largos periodos sin precipitaciones, como ocurre ahora.