La nueva escuela infantil de A Estrada abrió ayer sus puertas de par en par. Lo hizo para que todos los estradenses -usuarios o no de este servicio- pudiesen comprobar el resultado de unas obras que brindan también la primera equipación pública de A Baiuca. Es este un espacio donde la madera tiene un protagonismo indiscutible, ofreciendo gran calidez para unas instalaciones que han sido ideadas para crecer y aprender jugando.

Las instalaciones convencen, al menos a quienes ayer recorrían las diferentes estancias de esta escuela, integrada en la red autonómica A Galiña Azul, elogiando el mimo a la hora de diseñar y equipar cada estancia.

Muchos de los nuevos usuarios de esta escuela traspasaron ayer el umbral dejando huella. En esta jornada especial se invitó a los niños a meter sus manos en pinturas de distintos colores para después estampar sus manos sobre el cristal. Ya en el interior, madres, padres, abuelos o hermanos pequeños recorrieron curiosos las diferentes aulas, todas ellas rebosantes de luz y transparencia. Desde los espacios comunes y desde los patios exteriores puede verse la actividad en el aula, una muestra de que la filosofía de puertas abiertas promete mantenerse durante todo el curso y no solo en la jornada inaugural.

El centro emprende su actividad con más de medio centenar de alumnos, de manera que tendrá operativas en este curso un aula de bebés (de 0 a 1), dos de 1 a 2 y otra unidad de 2 a 3. Todas estas aulas cuentan con acceso directo al patio exterior, con la previsión de que los niños puedan gozar del aire libre por la mañana y por la tarde. Si el tiempo no lo permite, la alternativa la brinda el patio cubierto, situado al final del pasillo central.

La escuela se ordena en torno a un gran espacio polivalente, que hace las veces de sala de juegos, comedor y gran corredor. A la izquierda se sitúa el aulario, comunicado a su vez mediante las zonas de cambio. Cada clase cuenta con su área de juego, sueño y aseo. A la derecha del espacio central se ubica el área de personal y servicios. Es en esta parte del edificio donde se emplaza la cocina con que cuenta la escuela. Aunque en un primer momento se pensó en un servicio de catering, finalmente se dispuso que todos los días se prepare el almuerzo de los pequeños en el propio centro. Este servicio, en cuya gestión trabaja ahora el Consocio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, estará operativo desde el mes de octubre.

El alcalde de A Estrada, José López, fue ayer uno más de los estradenses que se animó a visitar esta esperada escuela en su jornada de puertas abiertas. El primer edil acudió al centro acompañado por la titular estradense de Educación, Amalia Goldar, y el concejal de Economía y Urbanismo, Alberto Blanco. El regidor celebró el hecho de que la apertura de estas instalaciones permita terminar con casi 20 años de listas de espera para el acceso a una plaza en una escuela infantil. "Es la gran noticia del día de hoy", manifestó. Apuntó que por vez primera los estradenses pudieron escoger a qué escuela para niños de 0 a 3 años van sus hijos. "Cubrimos el 100% de la demanda", continuó el mandatario, recalcando que todavía quedaría "cierto margen" para atender la demanda de plazas que pueda surgir en los próximos meses.

En este sentido, José López informó de que el centro de A Galiña Azul tiene previsto convocar en el mes de noviembre una matrícula extraordinaria para la que, según la información recabada por el alcalde, ya figuran solicitantes. Además, avanzó que en febrero volverá a abrirse otro período similar, con perspectivas ya de nuevas incorporaciones.

López aprovechó la ocasión para mantener conversaciones distendidas con las familias, buscando conocer su impresión sobre la nueva escuela. El alcalde elogió por su arte la amplitud, luminosidad y calidad de las instalaciones, observando mientras como los más pequeños aprovechaban el encuentro para realizar una primera toma de contacto con los juguetes que ahora pasarán a ver a diario.

La madera sigue muy presente también en todas estas piezas. Desde los toboganes o el tren de madera que se colocó en el patio hasta un teatro de marionetas, un mercado o una cocina de gran tamaño con todos sus complementos. Todo está pensado para que estos niños disfruten jugando y aprendiendo en estas aulas.

El centro emprende hoy su actividad lectiva abriendo el período de adaptación de los niños a la rutina del curso. En estas primeras jornadas acudirán a las aulas con sus familiares más próximos, de manera que poco a poco se vayan sintiendo cada vez más cómodos en estas instalaciones y se queden cada día felices al cuidado de una simpática gallina azul.