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Una explotación de Quintelas que mal convive con el jabalí

El animal arrasa 3.300 metros de maizal en una ganadería de la parroquia de Dúas Igrexas en Forcarei que interpuso denuncia

Si el maíz es caldo de cultivo para el jabalí, el hambre del animal y los desechos que deja tras su paso es dolor de cabeza para algunos vecinos de Forcarei. A las quejas vecinales referidas a pequeñas plantaciones para autoconsumo, el problema engrosa cuando se alcanzan importantes pérdidas económicas en explotaciones ganaderas.

Es esta la consecuencia más palpable que sufre una vecina del lugar de Quintelas en la parroquia forcareciense Dúas Igrexas, María Jesús Martínez. Su situación no dejar de ser preocupante, pues el jabalí arrasó, por completo, una de sus fincas de 3.300 metros. Su hartazgo se transformó en accción, así es que decidió interponer una denuncia por medio del Sindicato Labrego Galego a principios de la semana pasada. "Están acabando con el rural", afirma esta vecina de Quintelas.

El maíz, que en las últimas semanas lleva devorando con especial gozo el cerdo salvaje, es de espiga. "Antes cultivábamos maíz para ensilar pero como no nos salía rentable, decidimos dedicarnos solo al de espiga para hacer harina para todo el año", relata Martínez. Por ello, esta ganadera cultiva importantes cantidades del grano amarillo para abastecer su también considerable explotación vacuna. "Tengo incluso que contratar la máquina para deshojar el maíz", demuestra así María Martínez el alcance de su cutivo.

De hecho, los daños ocasionados por el jabalí determinan no solo el desenlace de los maizales, sino que afectan a todo el proceso previo de su plantación: "el problema es que hay que preparar antes la tierra, abonarla y después sulfatar el grano".

Además de los costes que todo el proceso de cultivo conlleva, la languidez deviene con el gasto de los ineficaces "remedios caseros" que asumió esta vecina de Quintelas para atajar la problemática de los jabalíes de una vez por todas. "Nosotros cerramos las fincas para evitar la entrada del animal pero ni con esas". Además de la instalación de una valla ganadera, María Martínez costeó un pastor eléctrico para cercar el prado. Siendo ambas metodologías insuficientes procedió a cubrir los hoyos, hechos por el animal en su intento de ingreso, con varias mallas. No obstante,el astuto jabalí consiguió en su hazaña romper la valla, evitar el pastor, engrandecer los agujeros en la tierra y hacer añicos las mallas con las que se pretendía tarparlos.

Jabalí en feliz armonía

La explotación que custodia esta ganadera de Quintelas dispone de otras fincas. En ellas, el jabalí no ha todavía encontrado el acceso. Ello se debe, según explica Martínez,a que los prados se encuentran protegidos entorno a la vivienda. Aquí, algunos de sus animales domésticos campan a sus anchas, impidendo, a su vez, la entrada del animal salvaje.

Con todo, esta situación no encaja, en esmero, con algunos episodios con los que se topó la ganadera. "No es la primera vez que vemos al jabalí durante el día junto a nuestros perros o caballos", confiesa. Así es que, además de arrasar sus plantaciones de maíz, destrozar vallas u otros elementos que intetan impedir su entrada, el jabalí es capaz de convivir, ahora, en perfecta armonía con algunos de los animales domésticos de esta casa de Quintelas.

María Jesús Martínez confiesa que el año anterior su finca no había sufrido daños por el jabalí. Sin embargo, en un corto espacio de tiempo vio como una parte importante de su cosecha "ya no existe". Por ello, vuelca ahora su atención en la voluntad de las administraciones por solventar los daños o, al menos, evitar que la misma situación se repita. " Ahora nadie nos va a pagar los gastos y lo cazadores tampoco están haciendo las batidas en condiciones", argumenta Martínez.

De ahí a que, una vez vista la moción que el grupo municipal del PSdeG-PSOE de Forcarei presentó en pleno sobre los numerosos daños contabilizados en el municipio por la acción del jabalí, la vecina se puso en contacto con la líder de este partido de la oposición comentando su caso. A su vez, el malestar entre los vecinos del entorno de Forcarei se ha ido propagando por esta causa. Ello ha servido, en el caso específico de María Jesús Martínez, para interponer una denuncia a través del sindicato labrego. "Mientras nuestras fincas quedan completamente arrasadas, lo único que hacen las administraciones es pasar de nosotros", concluye esta vecina de Quintelas.

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