La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, y la directora xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, Belén do Campo, visitaron ayer en Dozón la Sociedade Agraria de Transformación (SAT) Saa, en la localidad del mismo nombre. Esta empresa, conformada por tres socios (padre, madre e hijo), dispone de 61 cabezas de ganado frisón para producir leche y, además, completa su actividad con 1.340 cerdos de cebo. Su actividad de vacuno de leche se ampara en la Asociación de Defensa Sanitaria Gandeira (ADSG) Xundeva, mientras que la producción porcina se controla desde la Agrupación de Defensa Sanitaria do Deza así como desde el grupo Exporcime. La empresa agroganadera completa su diversificación con unas instalaciones en las que cría en torno a 28.000 pavos, que produce para el grupo Coren en una superficie de algo más de 22 hectáreas. Entre carne de cerdo y de pavo, despacha al año casi 244.000 kilos.

Con estas cifras, es más que lógico que Ángeles Vázquez pusiera a esta explotación como modelo a seguir en cuanto a la diversificación productiva, "una opción válida de futuro para las explotaciones ganaderas gallegas, en la medida en que pueden atender diferentes segmentos de mercado y optimizar costos en ámbitos como la alimentación o la energía, entre otras ventajas". Vázquez apunta que es necesario diversificar las explotaciones ganaderas con producciones de diferentes especies. Añade que esta apuesta, como la que promueve la SAT Saa desde el año 2005, "enriquece las posibilidades del sector de atender las distintas demandas del mercado en el ámbito agroalimentario".

También hay que señalar que las explotaciones ganaderas de leche se ven abocadas a orientar su actividad hacia otras parcelas debido a la crisis de precios de la leche cruda que se arrastra desde hace tres años, cuando se puso fin a la cuota láctea. Por eso, la proliferación de granjas de cebo es una constante en Deza en los últimos años. También ayuda, en el caso de Lalín, la reducción de distancias a núcleos de las explotaciones de aves y conejos, que desde abril puede ser de un mínimo de 500 metros, justo la mitad de lo que marcaba la normativa hasta entonces.