Según los datos de la Diputación, el año pasado los alojamientos turísticos de Deza y Tabeirós-Montes tuvieron una ocupación hotelera del 80%, mientras que en el caso de octubre la cifra decayó hasta el 68%. Esto puede entenderse si se tiene en cuenta el tremendo tirón que tienen las rutas jacobeas, que obligan a los romeros a buscar dónde dormir más allá de los albergues. De ahí la excelente ocupación de septiembre. En octubre, sin embargo, bajó el porcentaje debido a un tiempo seco y soleado que siguió desviando el turismo hacia las zonas costeras.
Y algo parecido está ocurriendo ahora. La comarca dezana cobra cada vez más adeptos para el turismo de otoño e invierno, pero el buen tiempo invita a formalizar las reservas para última hora. Así lo confirman tanto desde el hotel Via Argentum, de Silleda, como Casa Goris, en la parroquia cruceña de Merza. Los clientes que deciden disfrutar del otoño en alojamientos dezanos "son muy diferentes de los que nos visitan durante el verano. Los inquilinos de los próximos meses son, sobre todo, gallegos, que vienen en pareja o en familia y que aprovechan un fin de semana para hacer una escapada cultural o gastronómica", apuntan desde el hotel trasdezano. Los visitantes que recalan en tierras dezanas también acuden atraídos por rutas de senderismo. Y en esto, Casa Goris tiene un plus, ya que se encuentra justo a medio camino en la ruta que une las dos joyas de Silleda: la Fervenza do Toxa y el monasterio de Carboeiro. Esta casa de turismo rural detecta también una diferencia entre el turista de verano y el otoñal. "En los meses que vienen pueden visitarnos algún que otro madrileño, pero el grueso está en vecinos de otros puntos de Galicia". Casa Goris ofrece incluso un servicio de recogida a los peregrinos que cubren la Vía da Prata, ya que el trazado oficial no discurre por Cruces. Los caminantes a Santiago son, además de los que buscan turismo termal, otra fuente de ingresos para los negocios hosteleros dezanos. En el Pazo de Bendoiro, se aguardan varios grupos de peregrinos para octubre. Su directora, Graciela Vila, apunta que además de estos clientes, en las últimas semanas el establecimiento comienza a tramitar reservas de empresa. "Son clientes, fijos, de otros años, y en su mayoría procedentes de Barcelona. Se trata proveedores que acuden a Lalín porque tienen entrevistas concertadas con empresas del polígono Lalín 2000", en su mayoría firmas vinculadas al mundo textil. Su estancia en Lalín suele ser de dos ó tres días. De igual modo, y de cara a las próximas semanas en las que el sol ya no esté tan presente, comienzan a subir las reservas de paquetes para parejas en los que se les ofrece un fin de semana con alojamiento, cena y sesión de spa. Su precio apenas ha variado en los últimos años.
