"Yo no quiero que me paguen, quiero que me eliminen el problema cuanto antes porque no podemos estar sufriendo esto. Es un ataque contra nosotros, contra nuestras explotaciones y contra los que vivimos del rural". El ganadero de Santeles (A Estrada) José Manuel Gestoso está cansado de lidiar con los destrozos que causa el jabalí. Mientras dice estas palabras tiene ante sí un mar de plantas de maíz tiradas, algunas con espigas a medio comer. Planta para su explotación unas 30 hectáreas de este cultivo y calcula que -como mínimo- "unas tres se las papa el jabalí". "Cuando recoges es cuando se ve realmente todas las espigas que quedaron en el suelo y no van al silo". La visita a los maizales destrozados de este estradense fue una de las dos programadas en la mañana de ayer por el Sindicato Labrego Galego (SLG) como muestra de la problemática que está ocasionando la fauna salvaje, un asunto que la organización sindical llegará a la Valedora do Pobo "ante el abandono de funciones de la Xunta".

"Estamos peleando porque nos hagan un poco de caso", explica Gestoso, antes de lamentar que son agricultores y ganaderos los que se ven obligados a "mantener" a estos animales. Incide en que la acción de estos ejemplares estropea sus cosechas "año tras año". "El que tiene una finca para echar patatas o maíz está dejando de hacerlo, con lo cual el bosque se nos va a venir encima totalmente. Esto va a ser un problema de incendios, de maleza, de animales en las casas y que la gente abandone las explotaciones porque no damos vivido", relata este estradense.

Al referirse a las posibles indemnizaciones por destrozos como los que presentan sus maizales, este ganadero de Santeles se muestra rotundo: "la gente está aburrida de denunciar". "Pagan tarde, mal y arrastro, si pagan" ,dice. José Manuel Gestoso no se olvida de señalar también que el jabalí es un animal peligroso. "Te metes en el medio de una finca de maíz un poco grande para mirar el maíz y, si lo tienes encamado en el medio, a ver cómo reacciona el animal; si viene a por ti, quedas en allí", apunta.

Rosa Basteiro sabe bien de qué habla este estradense. Su granja se encuentra en la parroquia de Codeseda y, en su caso, los daños que Gestoso denuncia en sus fincas de maíz se amplían también a prados de hierba, completamente "labrados" por este animal salvaje. Para salvar el maíz de nada le sirvió tener las plantaciones rodeadas de pastor eléctrico. Estos animales entraron igual y se llevaron por delante su esfuerzo. En años anteriores esta vecina perdió varias hectáreas de pasto con la hierba lista para ensilar e, incluso, fincas de patatas al lado de su casa. "La administración hace oídos sordos a nuestras quejas y nos sentimos totalmente indefensos", lamentó. Apuntó que la problemática se viene arrastrando desde hace 25 años. "Aquí sembrábamos centeno, avena y otros cultivos que tuvimos que dejar de echar porque el jabalí no nos dejaba nada", añadió. En relación a las ayudas, Basteiro apuntó que hace dos años solicitaron esta aportación tras ver destrozada la mitad de una finca. "Cumplimos todos los requisitos y registramos la solicitud en plazo pero, a día de hoy, todavía no tuvimos contestación", dijo.

Sobre el terreno y con estos dos testimonios como muestra de los destrozos del jabalí, el Sindicato Labrego Galego decidió emprender en A Estrada una campaña de denuncia por toda Galicia, comenzando por llevar la problemática hasta la Valedora do Pobo. La organización sindical incide en que, a pesar de que expuso en varias reuniones en los últimos meses esta cuestión con la Consellería de Medio Rural y con el Servizo de Protección da Natureza, "la Xunta sigue sin hacer nada para solucionarlo". Defiende que el mantenimiento de la fauna salvaje es una responsabilidad de toda la sociedad gallega y, por tanto, de la Xunta de Galicia, "por lo que los daños que está causando deben ser costeados con dinero público", apunta el SLG.

Entiende, además que en estos momentos existe un sistema de compensaciones "totalmente insuficiente" que "solo cubre una parte mínima de los ataques, de cuantías paupérrimas que nunca compensan los daños causados y que acumula varios años de atraso a la hora de hacer los ingresos". A mayores, apunta que los únicos daños que pueden reclamar estas indemnizaciones tienen que ser de lobos o jabalíes, sin cobertura para otros como los ocasionados por corzos, cuervos o perros salvajes.

El SLG registró un escrito dirigido a la Valedora en el que se denuncia que los ataques de la fauna salvaje constituyen un problema casi estructural que, "a causa del abandono de la Xunta están costeando las propias granjas". Apunta asimismo al "laberinto burocrático" y a la espera "de tres años" que han de afrontar los profesionales del sector "para cobrar un mínimo porcentaje de lo perdido".

Asimismo, el Sindicato Labrego también quiso poner ayer el foco sobre la amenaza que la fauna salvaje representa como posible foco de contagio de enfermedades sobre el ganado.

En otro orden de cosas, esta organización sindical se refirió también a que involucrar a los cazadores en la posible solución de esta problemática "no solo no contribuye a solucionar los problemas sino más bien a agravarlos, socializarlos y dificultar su solución". "Las competencias de protección de fauna y de su gestión son públicas y administrativas, sin que sea admisible que la Xunta mire hacia otro lado", apunta el SLG. Ese sindicato manifestó también ayer que la expansión del monocultivo de eucalipto es un factor que fomenta los ataques de jabalí porque en este tipo de bosques no se pueden alimentar.