La Casa Consistorial de Caldas de Reis acogió a última hora de la tarde de ayer un encuentro entre las fuerzas políticas locales al que estaban invitados el resto de representantes de los municipios de la cuenca del Umia. A la reunión se presentaron Vilagarcía y Cambados (Cuntis se ausentó a última hora), pero no Moraña, Portas y Vilanova, gobernados por el PP. Tampoco estuvo presente Ribadumia, cuyo ejecutivo está conformado por un gobierno plural de varias fuerzas políticas.

En la reunión, el comité de crisis de Caldas y los representantes de Vilagarcía y Cambados acordaron llevar a pleno una moción conjunta que se pretende aprobar mañana en el pleno extraordinario caldense. Esta moción, todavía no definida, incluirá la puesta en marcha de un estudio integral de toda la cuenca del Umia para definir su problemática y saber cómo actuar ante ella.

"Se trata de actuar ya. Queremos hacer un estudio riguroso para entender dónde están los problemas y cómo subsanarlos", expresó el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey. Por su parte, su homólogo vilagarciano, Alberto Varela, adelantó que le pedirán este proyecto a la Xunta, pero no cuentan con que el gobierno autonómico acepte la petición, por lo que los concellos están dispuestos a "asumir costes". "Es un tema muy importante. No se trata de competencias, sino de salud pública. Esto no se puede convertir en una lucha de partidos", apuntó Varela.

Mientras, desde Cambados, el edil de Patrimonio, Víctor Caamaño, destacó que en O Salnés, los datos de la presencia del microalga "empiezan a asustar" porque todos los municipios tienen la captación en Ponte Arnelas, donde "no existe ningún sistema de filtración". "No sabemos qué hacer si sucede algo", reconoció.

En este sentido, Caamaño recordó lo importancia de los bancos marisqueros para la economía de la comarca y que "la productividad de la ría depende de los ríos de los que bebe", por lo que "la preocupación es alta". "Más allá del beneficio eléctrico para una empresa (por el embalse de A Baxe) está una población de más 120.000 personas y la salubridad del río", recalcó.

El alcalde caldense explicó que el embalse ha influido en el régimen del Umia porque la velocidad del agua ahora "es menor y se produce más decantación y por tanto más vegetación" y que el proyecto contra inundaciones que tendrán este año les permitirá tener "unos valores más claros de la dinámica del río ". Sin embargo, expresó que estos son problemas "a largo plazo" y lo que toca son poner en marcha ya "soluciones intermedias" y "paliativas". "Que se investigue si la circulación libre de agua ayudaría", ejemplificó.

Factor psicológico

Sobre la presencia de microalgas pero la ausencia, según las analíticas de la Xunta, de biotoxina microcistina, el regidor expresó que "no se trata solo de una cuestión cuantitativa, sino también cualitativa". "El agua es potable, pero el factor psicológico está ahí. Si los vecinos ven un agua verde, no la consumen", resumió.

En esta misma línea, recordó que además existen problemas de depuración, como demuestra el hecho de que la Xunta se haya comprometido a revisar la EDAR de Cuntis. "Nosotros llevamos mucho tiempo pidiendo que nos revisen la nuestra, pero en vez de hacerlo nos amenazan con sanciones por no cumplir", lamentó Rey.

En la misma línea, los ediles explicaron que a la Xunta "cualquier disculpa le vale", pero ahora tiene que dar un paso al frente y "salir del problema que ella misma creó (por la construcción del embalse de A Baxe)".

Por último, los representantes de Caldas, Vilagarcía y Cambados censuraron la decisión de los alcaldes del PP de no acudir a la reunión. "Hay que entender que para ellos el río está bien y no hay un problema de salud pública que puede afectar a sus vecinos", expresó Rey, que continuó diciendo que ayer se buscaba "un acuerdo de mínimos y un consenso casi a cualquier precio", pero varios municipios decidieron no acudir. "Todos ellos confirmaron su presencia. Incluso se cambió la hora por la alcaldesa de Moraña", lamentó Rey, antes de finalizar mostrando su preocupación por que el tema del Umia se convierta en "una batalla política".