Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Susana Seivane: "Este disco es una minibiografía desde que me enteré de mi primer embarazo"

A trece días de presentar su último trabajo, la artista de Cambre se subirá este sábado al escenario

Las gaitas son para la familia Seivane el inicio, nudo y desenlace del relato de su tradición. Su abuelo fue quien inauguró el sello. Luego su padre extendió el legado a Barcelona. Y ahora está siendo ella, Susana Seivane, como gaiteira y cantante. La heredera Seivane ha sabido estar a la altura con su gaita, traspasando fronteras y rompiendo estereotipos. Le ha llegado la hora de mostrar al mundo su rostro más íntimo y materno. Lo hará con la presentación de su último disco el viernes14. Mientras, Aciveiro espera este sábado a medianoche la llegada de Susana Seivane por vez primera al lugar. Al igual que de novedad y frescura impregnó ella el siguiente repaso de casi dos décadas de recorrido musical.

-Al retroceder en el tiempo y situarse en el año 1999, publicaba su primer disco y Europa, Canadá o Estados Unidos se hacían eco de él. ¿Cómo es eso de que su música se escuche desde tan lejos?

-Pues nos sorprendió porque además era un disco muy tradicional. Mi música ha ido evolucionando hacia un sonido que he ido buscando durante todos estos años y ha ido cambiando. No cambió mi manera de interpretar y tocar la gaita pero sí el tratamiento de los instrumentos. Ahora es un poco más cañero, un poco más roquero. Y la verdad es que en aquel disco, que cumplirá 20 años para el año que viene, ninguno de los que habíamos trabajado en él contábamos con que iba a tener tantísima aceptación. Menos aún, que se fuese a editar en tantos países diferentes. Sin embargo, hoy en día escuchas ese disco y es verdad que no pasa de moda, sigue siendo bonito. A veces escuchas trabajos hechos hace tiempo que pueden sonar un poco rancios o antiguos pero este sigue teniendo esa esencia tan bonita.

-No sé si coincide conmigo, pero quizás su disco más celebrado fue Mares de tiempo , dónde introduce composiciones propias y su voz. ¿Si pudiese elegir entre sus trabajos, por cuál de ellos se decantaría?

-Yo ya había empezado a cantar en mi primer disco pero le hacía la voz a Sonia Lebedinsky porque es amiga mía desde hace muchos años y cantamos juntas. Después en el segundo disco ya me atreví a cantar yo sola y en el tercero ya hay más composiciones mías. He ido cantando cada vez más a lo largo de los discos porque también me gusta mucho. Creo que no lo hago tan bien como la gaita pero tampoco nadie se espera una María Calas, ni nada por el estilo. Yo pienso que lo importante es que las cosas se hagan con cariño y sentimiento. A mí me gusta actuar en directo, interactuar con el público y la verdad es que ya desde pequeña me gustaba cantar.

-Tanto dentro de nuestras fronteras como fuera, entre sus múltiples conciertos, ¿ hay alguno que recuerde con especial cariño?.

-Muchos. Pese a que llevo veinte años dedicándome profesionalmente a la gaita, tocando llevo muchos más. Y en estos años nos pasó de todo lo que te puedas imaginar: anécdotas muy divertidas, surrealistas, increíbles y muy emocionantes. Por ejemplo, la vez que teníamos programado un concierto en EE.UU casi había coincidido con el suceso de las torres gemelas. Aquello pasó un 11 de septiembre y nosotros teníamos programado marchar para allá el 13. Evidentemente lo cancelamos y lo hicimos para el año siguiente que fue en el 2003. Ibamos a una gira bastante completa de casi un mes. El primer concierto era en Chicago al lado del lago Míchigan. Era un paisaje cinematográfico total. Nos había sorprendido mucho porque habían puesto un escenario enorme que, además, lo compartíamos con uno de nuestros favoritos que venía de Canadá. Pero lo más sorprendente fue que, al llegar, había unas 25.000 sillas. Era una cosa monumental. Por la noche no solo se habían ocupado todas aquellas sillas, sino que además había muchísima gente de pie. Empezamos con el primer tema y cuando me dirigí al público, de repente escucho alguien desde las primeras filas que grita: " Viva Cambre, ghaiteira!" [risas]. Entonces fue como decir: es cierto que hay un gallego en la luna.

-Como gaiteira , su terreno ha estado tradicionalmente vinculado al género masculino. En todos estos años, ¿cree que ha habido un cambio de tendencia?

-Cuando empecé a tocar fue en Barcelona porque mi madre es andaluza, mi padre gallego y se habían conocido allí. Mi padre montó su primer taller de gaitas en Barcelona, a imagen y semejanza del que tenía mi padre en Lugo. Entonces, estábamos siempre en contacto con los centros gallegos de Cataluña.No me llama nada la atención el género femenino en este mundo porque lo viví de otra manera y me he ido acostumbrando a ver mujeres más mayores tocando todo tipo de instrumentos. Mi abuelo siempre me contaba que cuando él era joven había más gaiteiros que gaiteiras pero, con todo, había muchas gaiteiras. En aquella época dentro de algunas partes de la sociedad estaba mal visto que un hombre tocase la gaita y todavía se veía peor que lo hiciesen mujeres. Entonces sí las había, pero tocaban a escondidas en la casa. Sin embargo, te puedo dar un dato muy significativo. En torno a los años 60 en Ribadeo se formó la primera banda de gaiteiras, As meniñas de Saudade. Era un grupo bastante numeroso formado solo por mujeres. Y los gaiteiros iban a verlas, las apoyaban y admiraban.

Compartir el artículo

stats