Toca despedirse en la piscina para reencontrarse en el parque o el patio de recreo. El verano apura sus últimas semanas y, a pocos días de que toque regresar a las aulas, los más pequeños dicen adiós a los campamentos estivales. Los diplomas de despedida se entregaron ayer en el campamento urbano municipal de A Estrada y en el Campus Deportivo de Verán.

La edil de Benestar Social, Amalia Goldar, se desplazó al mediodía hasta las instalaciones de la firma Coesco para despedir a los niños que participaron durante el mes de agosto en este campamento municipal. La dirigente local entregó a los campistas los diplomas que pusieron el broche a semanas con numerosas actividades, desde las clases de cocina hasta las salidas al parque y la piscina, junto con una larga lista de talleres y propuestas de ocio.

Este campamento urbano, destinado a niños de 3 a 12 años, reunió en el mes de julio a 106 escolares, frente a los 65 inscritos en agosto. No obstante, esta propuesta de conciliación de la vida laboral y familiar no se despide del todo. En el mes de septiembre continuará con sus sesiones lúdicas durante los días previos al inicio de la actividad en los colegios. Esos días asistirán a las instalaciones de Coesco un total de 19 niños.

Después de la clausura del campamento urbano municipal, el edil de Deportes, Ismael Pena, llegó a la playa fluvial de Liñares para despedir a los niños que disfrutaron del Campus Deportivo de Verán durante este segundo mes. Hubo tiempo también para la entrega de diplomas y vistosas camisetas a los 97 inscritos en agosto. Muchos de ellos se llevaron la prenda conmemorativa repleta de firmas y dedicatorias de sus compañeros y monitores.

Pena aprovechó la ocasión para hacer entrega de la fotografía conmemorativa de los participantes en el turno de julio a las firmas Helvetia y Pastelería Mimela, ambas colaboradoras con esta actividad. La primera proporciona las camisetas para los campistas y la segunda el catering para las acampadas, ambas de forma totalmente desinteresada.