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La sangría demográfica en Deza y Tabeirós-Montes

El saldo vegetativo negativo en 40 años equivale a la población de Silleda, Rodeiro, Agolada y Dozón

En las útimas cuatro décadas se produjeron 40.180 óbitos frente a los 25.387 nacimientos - El año pasado se registraron 433 bebés y en 1977 rebasaban el millar -La cifra de matrimonios también cae más de un 60%

Miguel G. Montero

Unas comarcas del interior gallego cumplen con el perfil de un territorio condenado, a largo plazo, a perder gran parte de su base poblacional. Aunque este fenómeno es mucho más acusado en el las provincias de Ourense o Lugo, en Pontevedra, Deza y Tabeirós-Montes muestran también un fenómeno propio de la realidad gallega: nacen muchos menos niños de las personas que fallecen. A esto hay que sumar que, salvo casos puntuales como Lalín y el singular de Dozón el año pasado, los demás ayuntamientos pierden habitantes en una gráfica permanente y descendente.

Recientemente, los datos estadísticos ponían de manifiesto que el número de óbitos en la zona ya duplicaba al de los nacimientos. Pero si echamos la vista atrás y observamos, por ejemplo, la evolución de las últimas cuatro décadas, el saldo vegetativo negativo de Deza y Tabeirós-Montes en su conjunto equivale casi a la actual población junta de Silleda, Rodeiro, Agolada y Dozón. El desequilibrio de la balanza es de exactamente 14.821 personas. En consecuencia, según los registros oficiales entre 1977 y 2017 nacieron en la zona un total de 25.387 bebés, mientras que en el mismo período se produjeron hasta 40.180 defunciones. El desglose entre nuevos nacimientos y óbitos el siguiente: Lalín (6.796 y 8.198), Silleda (3.281 y 4.903), Vila de Cruces (2.209 y 3.583), Rodeiro (913 y 2.224), Agolada (888 y 2.067) y en Dozón nacieron en tres décadas solo 426 niños y los fallecidos alcanzaron los 857.

A Estrada, la localidad más poblada de la zona, es también donde más nacimientos se registraron en este tiempo, con 7.903 casos, pero los decesos se dispararon hasta los 11.400. En Forcarei la proporción es de 1.175 y 3.070 y en Cerdedo-Cotobade [tomando los datos como municipios independientes salvo los del pasado año y divulgados recientemente- son 1.796 nacimientos y 3.878 fallecimientos.

La pobre natalidad es también un problema social en Galicia o España, una vez que la media de niños por pareja ha descendido notablemente en las últimas décadas. Y nuestro territorio no es una excepción; frente a los 1.164 bebés nacidos hace cuatro décadas, el pasado año se cerró con 433, que, por otro lado, son casi una treintena más en doce meses. Si en algunos casos como Lalín el recorte es de la mitad más o menos, en otros casos el descenso de la natalidad es mucho más acusado, pues, por ejemplo, en A Estrada eran 384 y ahora la cifra ya disminuido hasta los 140. Aunque ya parte de un censo municipal muy bajo, en Dozón solamente se empadronaron seis bebés durante el año pasado, mejorando, no obstante, el peor dato histórico que se produjo en 2013, cuando no nació ningún pequeño. Más llamativos son los datos de Rodeiro o Agolada, que duplican en población a Dozón, pero su balance de nacimientos se queda en 11 y 8 casos respectivamente.

Por último, el número de uniones matrimoniales religiosas o civiles también ha experimentado una notable caída. Si hace 40 años había medio millar largo, en el pasado ejercicio fueron 191 y 222 en 2016. Los últimos datos indican que Lalín encabeza este ranking de las comarcas, con 97 matrimonios en un año y en Rodeiro no consta ninguno.

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