Fuentes vecinales del entorno del supermercado radicado entre las avenidas de Benito Vigo y Fernando Conde de A Estrada, en las inmediaciones de la discoteca Lennon, denuncian la existencia de personas que -en solitario o en familia, incluso con niños- acuden a diario hasta el aparcamiento de esta superficie comercial para hurgar en sus contenedores en busca de la comida que el establecimiento vierte en los colectores.

Las mismas fuentes aseguran que es algo diario, que sucede al mediodía y también por la noche. Señalan que en torno a las 14.00 horas llegan al aparcamiento de esta superficie comercial coches que aguardan a que el personal deposite en los colectores bolsas con desperdicios para hurgar y llevarse lo que consideran que puede servirles.

Relatan escenas que inspiran lástima, como las de personas "autóctonas" que intentan a toda costa que no las vean, acudiendo a la búsqueda de algo que llevarse a la boca. Es el caso de una mujer que aseguran que acude con un carrito de la compra y se cubre el rostro con un pañuelo, presuntamente para no ser identificada. En este caso, apuntan que si ve gente por la zona disimula y sigue caminando. No acude a los colectores hasta que cree que nadie la ve. También indican que hay alguna familia joven -de unos 30 años aproximadamente- que acuden con un menor, que se queda en el coche con su madre mientras que su padre busca alimentos entre los desperdicios. Asimismo, hace tiempo señalan que acudía un matrimonio mayor que, cuando una vecina que se dio cuenta de lo que ocurría le regaló una bolsa de patatas, se lo agradeció y le indicó que iban a buscar alimentos para sacar adelante a sus hijos y sus nietos. Esta última pareja hace ya tiempo que no va.

Además, relatan otras escenas que les "revuelven el estómago": personas que cogen fruta de los contenedores y que incluso comen las piezas que extraen allí mismo: por ejemplo, un día que extrajo plátanos "iba comiendo y ya tiraba las mondas en el contenedor".

A mayores, explican que se produce una cierta "competencia" entre quienes acuden a buscar alimentos a esa zona. Y a ello atribuyen la rotura por su parte frontal de un colector de residuos orgánicos, que se produjo recientemente.

Especial "competencia" se produce, según indican, por los pollos y la costilla asados que no se venden y terminan en la basura. "Se pelean por ellos", aseguran las mismas fuentes, haciendo notar que a veces hay personas que acuden con una linterna para extraer lo que consideran oportuno de los colectores.

Estos desprenden un fuerte hedor, del que aseguran haber informado ya al Concello y hasta a personal del supermercado sin que le hayan dado una solución. Solo Seprona fue allí hace un par de años pero les dijo que era responsabilidad del Concello.

También acusan la proliferación de moscas. "Es un foco de infección", aseguran. Por último, agregan que también sienten sensación de inseguridad porque en el parking del supermercado pernoctan con frecuencia furgonetas. Urgen a las administraciones competentes a tomar medidas: a asistir a los necesitados y a soterrar los contenedores para evitar que vuelva a suceder lo que aseguran que está ocurriendo a diario.