Aunque los cazadores coinciden en que los daños del jabalí comienzan a producirse ahora y son menores que el año pasado, el sindicato Unións Agrarias les pide que, en coordinación con la Consellería de Medio Ambiente, "inicien medidas de control de daños en los cultivos de maíz" sobre todo del concello lalinense. El sindicato indica que en las últimas jornadas van a más las pérdidas en cultivos de Fontecabalos, Sello y A Veiga, hasta el punto de que un agricultor de la primera aldea puede sacarle fotos a los tres jabatos que entran desde hace semanas a sus fincas y que están más que acostumbrados a la presencia humana.

Unións urge una intervención inmediata "para evitar que durante el proceso de maduración de las espigas las manadas entren en los cultivos, destrozando el maíz antes de que pueda realizarse su recogida". Tanto el secretario comarcal de la organización, Román Santalla, como el responsable de área de Desenvolvemento Rural, Xacobo Feijoo, coinciden en señalar que es necesario no solo un calendario de batidas sino que el Tecor "fije un criterio de prevención de daños" de forma que durante estas semanas de maduración del maíz se vigilen las zonas cultivadas para alejar as manadas hacia los montes y sacarlas así de las áreas de producción.

El sindicato tiene a disposición de los productores formularios de denuncia y comunicación de daños en cultivo, con los que se facilita el parte para pedir medidas de caza a la delegación provincial de la Xunta. Así, el gobierno autonómico tiene conocimiento directo de los daños. Con todas estas iniciativas, Unións Agrarias quiere "evitar la repetición de los daños de campañas anteriores, en las que los destrozos superaron el 20% de las superficies cultivadas en muchas parroquias, con el consiguiente aumento de costes y la pérdida de rendimiento en las producciones". En la comarca dezana se siembran en torno a 5.000 hectáreas de maíz forrajero, en las que los daños del jabalí pueden suponer más de 1.500 euros de pérdida por hectárea. La situación es más grave aún al pensar que no hay fondos de compensación ni ayudas públicas. Las últimas se convocaron en 2009 y 2016.