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Comienzo de la caza mayor

Las sociedades inician la temporada de jabalí con los mismos precintos que el año pasado

Las altas temperaturas y el tiempo seco dificultarán el rastro -Lalín intentará modificar las zonas vedadas en 2019 -Agolada detecta una superpoblación de zorro, alimentado por la mortandad de conejos en primavera

Un ganadero de Fontecabalos muestra los destrozos del jabalí en una de sus fincas. // Bernabé/Ana Agra

El próximo sábado, día 25, comienza la temporada de caza de jabalí en terrenos de régimen cinegético especial. Como novedad, el periodo hábil se amplía casi un mes, hasta el 3 de febrero, lo que facilitará mucho la captura, ya que si en agosto y septiembre el rastro será muy escaso o nulo por las altas temperaturas y el tiempo seco, en enero y febrero la humedad facilita la labor de los canes, justo en los meses "en que vienen animales de O Irixo y Candán", atraídos por las bellotas y castañas que aún queden en montes dezanos, como explica el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, Julio Mariño.

Este colectivo, al igual que los demás de Deza, cuenta en principio con los mismos precintos para jabalí que el año pasado. En su caso, 150. Mariño explica que además dispone de dos cuadrillas "exclusivas para batidas y que intervendrán de forma inmediata" en cuanto se soliciten y se autoricen éstas por daños, que se han retrasado en comparación con 2017. Por entonces a estas alturas, la sequía había acelerado ya la maduración del maíz.

El cambio climático está alterando no solo los ciclos de siembra y cosecha, sino también los de la fauna. La primavera excesivamente húmeda impidió que la caza menor pudiese criar, de modo que llegará octubre, cuando se abra su caza, "y habrá gazapos, en lugar de conejos, y las perdices no serán adultas", explica el presidente del Tecor Farelo, José Manuel Blanco. Si a esto le sumamos que ahora la caza mayor cría antes, el resultado es desolador, ya que el jabalí y el zorro (otra especie de caza menor) son grandes depredadores de conejo y perdiz. El Tecor Farelo cuenta con 25 precintos de jabalí y un cupo de 78 zorros, ya es que ésta especie se duplicó en comparación con el año pasado, al encontrar una fuente de alimentación en los conejos muertos.

Pero volvamos al jabalí. Silleda repite sus 85 precintos y Rodeiro arranca la temporada con 60, los mismos que el año pasado. Pero hay que recordar que en Camba cerraron la temporada anterior con una ampliación hasta 104 cabezas, lo que da una idea de la densidad de este animal. La población de Rodeiro se disparó el año pasado por los incendios en los concellos vecinos de Cea y Piñor. El fuego también es el causante de que los montes de Siador, en Silleda, queden prohibidos para la caza durante tres años. "Era la mejor zona", explica el presidente del colectivo cinegético, Juan Agra. Los daños aquí comenzaron a detectarse en maizales durante la semana pasada, con avisos de vecinos de Piñeiro, Abades, Dornelas y Trasfontao.

Caza intensiva en Cruces

En Vila de Cruces, su Sociedade de Caza celebrará una asamblea el próximo domingo, día 26, para aprobar las cuentas e informar de los cambios para esta temporada. Su presidente, Luis Taboada, explica que arranca con el mismo cupo para jabalí que el año pasado, 70 capturas. El colectivo ya tiene todo a punto, además, para poner en marcha una zona de caza intensiva (puede usarse todo el año salvo entre mayo y julio, por ser época de cría) en los montes de Carbia y Cumeiro. Habrá una suelta de perdices y conejos con tiempo suficiente para que se aclimaten a estos enclaves. Taboada añade que esta dotación será un revulsivo para el sector hostelero del casco urbano, del que se encuentra bastante cerca.

Dozón, por su parte, también calca la autorización inicial de precintos de jabalí del año pasado, con 46 permisos. El presidente del colectivo cinegético, José Rodríguez, coincide con sus compañeros en que los daños en maizales empiezan a producirse ahora, pero en los prados son una constante desde hace meses. Las batidas, a veces, suelen desorientar a un animal que de por sí es muy territorial, y de ahí que al cambiar de zona cause estragos aún mayores. Otra opción para reducir la población de jabalí es variar las zonas vedadas. Dozón la desplazó de O Sisto y Vilariño hacia Vidueiros, y Lalín tiene que esperar a que termine la vigencia de dos años del plan cinegético de 2016.

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