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La tienda de toda la vida con un plus de diferencia

Rita Neira incorpora a su ultramarinos productos de su huerta con vistas a venderlos a través de internet

Rita Neira acaba de añadir el invenadero a la oferta de su ultramarinos. // Bernabé/Javier Lalín

Rita Neira trabajó durante años en oficinas de Lalín, y también cuenta con experiencia como peluquera de perros. Así que es normal que no tuviese miedo a la hora de recuperar la tienda de ultramarinos que habían montado sus abuelos, que heredaron sus padres y que había dejado de funcionar 20 años atrás, en el lugar de Vista Alegre, en Soutolongo.

"Arreglé el pajar que había en casa y monté allí el ultramarinos". Dicho así, parece fácil, pero no lo fue: hubo que retirar hierba seca, a peros de labranza, el carro que todavía se conservaba... De esto hace cuatro años ya, y el ultramarinos funciona casi como una tienda de 24 horas típica de las ciudades. Abre de 11.00 a 20.00 horas y no cierra los domingos, sino los lunes. "Soy, además, el punto de recogida de entradas para cualquier evento, y el punto de información. Estoy muy integrada en la vida de la parroquia". Y razón no le falta, porque Rita Neira fue la encargada de recoger en 2016 el primer Premio Aldea Singular del Concello de Lalín.

Pero Casa Neira, que así se llama la tienda, no pasaría de ser un ultramarinos de aldea cualquiera si no fuera porque ofrece un plus a sus clientes. Hace escasos meses, esta emprendedora montó un invernadero, cercano tanto al ultramarinos como a su propia vivienda, con la idea de vender en ésta sus propias hortalizas. "A raíz del invernadero, vi un anuncio d Fademur", la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, sobre su proyecto Ruraltivity, una lanzadera de emprendimiento rural. Neira explica que esta iniciativa "es un servicio de asesoramiento, que en mi caso se concreta en la edición de un folleto que servirá para promocionar mi producción hortícola", así como la propia tienda. Al mismo tiempo, esta mujer también se forma en alternativas como las plantas medicinales y el jabón como producto cosmético.

Se trata, en suma, de especializarse en las nuevas demandas de los consumidores. Por de pronto, Rita Neira ya cuenta con una clienta fija para sus productos de huerta, y alguna que otra vecina que a la hora de comprar lechuga, ya pide directamente la de casa. Pero habrá más, porque cada día crece el interés por verduras, hortalizas y frutas que se cosechan de forma ecológica, sin pesticidas y al ritmo que marca la naturaleza. Fue esta clienta, precisamente, la que le mencionó a Rita la posibilidad de abastecer a grupos de consumo, "de los que ya hay un buen número en Galicia", explica. En estos grupos de consumo se integran familias que desean obtener este tipo de alimentos pero que no pueden cultivarlos por sí mismos, ya sea por falta de terrenos o de tiempo.

A través de Ruraltivity, Rita Neira también baraja la posibilidad de dar a conocer su negocio a través de internet. "Ruraltivity está orientado a mujeres que montan sus empresas en zonas rurales, de modo que les ofrece un apoyo distinto como, por ejemplo, un fotógrafo para diseñar el proyecto publicitario". En su caso, este programa, una vez que pase agosto, le dará información y nociones de cómo promocionarse a través de las redes sociales, que sin lugar a dudas se han convertido en el boca a boca del siglo XXI. "Igual me interesa vender a través de internet", adelanta.

Conciliación

Por el momento, la expansión de Casa Neira será tanto a nivel de clientela como de medios de difusión. Pero no tiene en mente ampliar el que fue el pajar. "Por ahora, tengo espacio de sobra", asegura. Desde su casa, puede formarse, precisamente por internet y con Ruraltivity, en aquellas áreas que pueden distinguirla de otros ultramarinos. Su empresa no le permite crear otro puesto de empleo, pero tiene el suyo más que asegurado, y además puede conciliar con su vida familiar. "Abro los domingos por la mañana en verano, y puedo atener a mis clientes en pijama y pantuflas, porque tengo mi casa al lado. Este trabajo me permite, además, atender a mis hijos, aunque tenga que andar siempre a cien". Al final como ella dice, "con este trabajo me traen el dinero a casa, algo que no ocurre con buena parte de otros empleos".

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