Durante el mes de agosto son muchos los que deciden regresar a su tierra movidos por la morriña y por sus ganas de reencontrarse con los suyos y por este motivo, este mes se caracteriza por los encuentros de tanta gente que decidió emigrar en busca de un futuro mejor, lejos de Galicia. En la comarca dezana la semana pasada la parroquia agoladesa de Ventosa rindió un homenaje a sus retornados que vuelven por esta fecha y ayer la aldea cruceña de Larazo se sumó a este homenaje.

La parroquia de Larazo congregó ayer a familias, vecinos y amigos que no quisieron perderse su XXXIX Festa do Emigrante, que después de tantas ediciones, ya está más que consolidada. La jornada festiva arrancó a la una con misa y sesión vermú a cargo de Pachi y Montse para después dar paso a las comidas de confraternidad, en las que no faltaron la rememoración de algún que otro recuerdo del pasado. Había mesas de particulares y también, quien así lo prefirió, pudo disfrutar del servicio de pulpeiro Crisóstimo.

La mayoría, del País Vasco

Por la tarde, la música volvió a ser una de las grandes protagonistas, pero de esta vez, a cargo de la charanga Ardores. La risa y el buen humor también estuvo presente a través de un monólogo. "Todos los años intentamos traer a un monologuista y este año es de la zona de A Estrada", indicó ayer por la tarde uno de los componentes de la comisión de fiestas, que además señaló que al mediodía hubo gente más o menos como en otras ediciones.

En el caso de los emigrantes que se reunieron durante esta cita la mayoría decidieron probar suerte en el País Vasco. Ahora aprovechan cada época vacacional para regresar a su tierra, de la que a pesar de estar separada a miles de quilómetros, todos afirman que la llevan muy adentro y que vuelven siempre que las circunstancias se lo permite.

Por la noche, más gente quiso unirse para festejar esta cita casi obligada. Hubo quien asistió a las cenas o quien prefirió sumarse durante la verbena, que estuvo amenizada por las orquestas Gran Parada y New York.