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Carlos Viscasillas Vázquez: "Para mí, Ramón María es un ejemplo a seguir y noto un vínculo muy especial"

"Era una persona excepcional que puso a Lalín a la altura de grandes observatorios"

Carlos Viscasillas Vázquez, en el museo de Lalín. // Bernabé/Ana Agra

Miembros de la familia Ulloa, vinculados al astrónomo lalinense Ramón Mª Aller Ulloa, estuvieron de visita en el museo de Lalín. Recorrieron la exposición con piezas inéditas del científico y aprovecharon para disfrutar de la familia que tienen en Siador. Para algunos de ellos era la primera vez que estaban en el museo, pero no es el caso de Carlos Viscasillas Vázquez, miembro de la familia que sigue con el legado del astrónomo dedicándose a la astrofísca en Lituania. Este científico se muestra orgulloso de seguir con el trabajo del reconocido científico.

-¿Cómo empezó su afición por la ciencia?

-Además de por lo fascinante del tema, dos personas me influyeron inicialmente. Por un lado mi madre, que me habló del astrónomo de la familia, Ramón Mª Aller Ulloa; y por otra parte, mi profesora Josefina Faen Ling, del observatorio de Santiago.

-¿En que está centrado?

-Soy investigador del Instituto de Física Teórica y Astronomía de la Universidad de Vilnius (Lituania). Actualmente estudio la abundancia química de elementos de captura neutrónica en la Galaxia. Es el tema de mi tesis doctoral, que es importante para el conocimiento de la evolución y la dinámica de la Galaxia, y que realizo bajo la dirección de la astrofísica lituana Gra?ina Tautvai?ien.

-¿Le gustaría que más familiares se dedicaran a esta rama?

-Pues sería una satisfacción si alguien de la familia Ulloa siguiese este fascinante camino, continuando la estela que dejó Ramón Mª Aller. Procuro que al menos los más jóvenes de la familia tengan acceso y conocimiento a esta profesión maravillosa. Una buena manera es visitando el museo de Lalín.

-¿Ha estudiado los trabajos realizados por Don Ramón Mª Aller?

-Los conozco gracias a las recopilaciones que se han hecho, especialmente por el profesor Docobo. Ramón María trabajaba fundamentalmente en astrometría, mientras que yo trabajo en un área diferente, como la espectroscopia, y la astrofísica estelar. En cualquier caso, está todo relacionado, y siempre que me encuentro en mi trabajo con un binaria me acuerdo de nuestro astrónomo gallego.

-¿Qué le contaron de la trayectoria del científico lalinense?

-Muchas cosas, realmente se trataba de una persona excepcional. Ramón María fue un autodidacta, que puso a Lalín a la altura de los grandes observatorios europeos. De él destacaría su faceta humana en una profesión que actualmente es muy competitiva. Un ejemplo para los gallegos. Fue el primer español en la Comisión 26 de estrellas dobles de la Unión Astronómica Internacional, que por cierto pronto cumple su centenario. Allí coincidió con grandes astrofísicos como Hertzsprung, Kuiper, o Russell, y con la astrónoma francesa Rose Sainturier (Bonnet de soltera). A nivel familiar y como curiosidad cabe comentar que en la Casa de los Ulloa en Orazo, todavía propiedad de la familia, se conserva un dibujo del escudo de los Ulloa realizado por Ramón María, todavía desconocido. No fue el primer caso de un sacerdote astrónomo, así tenemos a Georges Lemaître. Casualmente ambos, Lemaître y Aller Ulloa, fallecieron en 1966. Tal vez se conocieron, pues Ramón María Aller Ulloa fue miembro de la Sociedad Belga de Astronomía y Ciencias Afines.

-¿La familia Ulloa sigue en contacto?

-Procuramos seguir en contacto, pero somos muchos Ulloas, puesto que mis tatarabuelos, Faustino Ulloa y Juana Villar Ulloa, que además de matrimonio eran primos hermanos, tuvieron 16 hijos.

-¿Qué le supone ser el único familiar que siguió con su trabajo?

-Un vínculo muy especial. Para mí es un ejemplo a seguir. Aunque no hay una tradición de astrónomos en la familia, Ramón María no fue el primer sacerdote Ulloa. Así tenemos a Ramón Ulloa, nacido en 1752, que era tío tatarabuelo de Ramón María Aller Ulloa, entre otros.

-¿Le gustaría hacer algún trabajo que quedase en tierras gallegas?

-La astronomía es una profesión universal que no conoce fronteras. Una de las cosas que más me gusta de este trabajo es su carácter internacional y abierto, en la que casi todo se comparte. Los softwares que utilizamos son todos libres y gratuitos, lo que contrasta con las costosas licencias que se dan en la industria o la ingeniería. En cualquier caso, siempre es una alegría cuando te encuentras a un gallego que sigue la misma profesión que hago.

-¿Cómo fue su visita a Lalín? ¿Era la primera vez?

-Fue una jornada maravillosa, un día para recordar. A pesar de la ola de calor y de que fue todo improvisado, conseguimos juntarnos unos 25 parientes, algunos residentes en lugares tan dispares como Nicaragua, Lituania o Suiza, y que estaban pasando el verano en Galicia. Yo ya conocía la Casa-Museo, pero para muchos de los asistentes era la primer vez. Cerramos la reunión en el Pazo de Sestelo, donde invitados por mis tíos Roberto y María Eugenia disfrutamos todos juntos del atardecer de Siador. El año que viene ya pensamos en repetir la reunión, tal vez visitando el Observatorio de Santiago, y avisando al resto de ramas de la familia.

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