El anteproyecto que firma Rosa Granados, al margen de establecer qué caminos son prioritarios y cuáles pueden esperar. Del mismo modo, los divide en cuatro categorías en función de las obras que hay que hacer sobre ellos. Así, algunos solo precisan señalización, como es el caso del propio paseo del Pontiñas; en un segundo apartado se colocan los tramo asfaltados que necesitan un nuevo trazado peatonal; la tercera categoría se refiere a los tramos e tierra que precisan mejoras en su firme y, por último, los caminos existentes que precisan un aumento de sección, como ocurre en la bajada al paseo del Pontiñas. Casares aclara que no se trata de ensanchar caminos, sino de devolverles su superficie original una vez que se retire la maleza y se recompongan los muros. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con el Camiño do Muíño, que comunica la zona del Lalín Arena con el río Pontiñas ya que, en origen se usaba para acudir al molino que hay al final del paseo. Pues bien, esta ruta estaba hace un par de años cubierta por la maleza. Ahora mismo está transitable, pero el proyecto contempla una actuación en el firme y, además, la colocación de iluminación, que se limitara a un foco direccionado en la entrada. Casares explica que la mayor parte de los tramos no llevarán iluminación en todo el recorrido, dado el tremendo coste que supondría. "No tiene sentido iluminar un camino a las dos de la madrugada", añade.