En su cuarenta cumpleaños, la Festa do Escalo de la parroquia estradense de Couso sirvió ayer al pie del puente colgante de O Xirimbao los 39 kilos de peces capturados en su ya tradicional concurso de pesca de "escalos". En plena ola de calor, también hubo bañistas dispuestos a sofocar las altas temperaturas en el cauce del Ulla.

Apenas a unos metros, a su salida de las refrescantes aguas que bañan el coto de Couso, podían disfrutar de un suculento aperitivo cocinado por la comisión organizadora, que integraban Manuel QUintela, Mari Paz Souto, Carla Ferrero, Javier Tato, Alba García y Manuel Berdullas. Esta sirvió los peces recién capturados por los participantes en el XL Concurso de Pesca do Escalo. También ellos madrugaron. Eran deportistas mayoritariamente ribereños de A Estrada y municipios limítrofes. Se adentraron en el Ulla para extraer el mayor número posible de "escalos" y en busca del de mayor tamaño. Este, de 223 gramos, lo capturó Javier Rebolo, el pescador que se llevó el primer premio tras extraer del Ulla 6,700 kilos de "escalos". El segundo clasificado fue Enrique Pedreira Mata con 4,800 kilos, seguido por su padre, el sexagenario Manuel Pedreira Pazos que capturó 3,300 kilos y fue, además, el deportista más veterano. El galardón de participante más joven recayó en Yeison, de 13 años, que recibió de regalo un carrete donado por Pernas de Pontevea. Los trofeos de los distintos premios los donaron el Concello de A Estrada, el Bar O Rollo, el Bar Atallo, Talleres Souto de Vea, Joyería Fondevila y Carnicería Luis Pequeño.

También se llevó un premio -el salmón sorteado por la comisión- un vecino de Taragoña que desde hace años es un incondicional de la fiesta. Esta tiene una vertiente gastronómica que este año se vio anticipada la víspera, agotando los mejillones y el "porquiño á brasa" que la comisión ofreció para su degustación gratuita. Sirvierontambién tortilla, pimientos e incluso churrasco. La verbena con el grupo D'Golpe se prolongó hasta las dos de la madrugada. Luego, como marca la tradición de la Festa do Escalo, tres de los organizadores durmieron en el coto de Couso para proteger las neveras.

El domingo, la vertiente gastronómica de la fiesta comenzó sirviendo jureles en escabeche hasta que concluyó la manga matutina del concurso. Entonces, la organización se puso manos a la obra y, tras pesar los peces capturados, los limpió con celeridad y los pasó por harina de maíz para conferirle al resultado final su característico toque crujiente. Un goteo incesante de visitantes disfrutaron del pescado y de la fiesta.