Acumula un extenso currículum, que incluye, entre otros puestos, el de presidente de la Federación Autonómica de Centros de Ensino Privado (CECE) o la gerencia de la consultoría Identitas Asesores Educación Personalizada. Joaquín Pereira Somoza es un experto en gestión educativa y desde hace unos días nuevo propietario del Colegio Sagrado Corazón de Lalín. El director general del centro académico ya reside en la localidad, y no deja de acudir a reuniones relacionadas con su nuevo cargo.

-¿Qué fue lo que le animó a hacerse con el 77 por ciento del accionariado del Sagrado Corazón?

-La aventura de Lalín, y lo digo así porque soy un apasionado de la educación desde el año 1999, empezó a partir del pasado mes de diciembre, cuando dejé la gestión que estaba llevando en Ourense y empecé a trabajar por mi cuenta. Entonces surgió la posibilidad de visitar el Colegio Sagrado Corazón, que nos habían dicho que necesitaba un impulso, tuvimos una entrevista con los administradores y hubo química. Lo que más nos entusiasmó fue le hecho de que aquí había un equipo muy implicado, que estaba haciendo las cosas muy bien y, sobre todo, que querían hacerlas mejor. Nuestro eje fundamental es la educación personalizada, la excelencia educativa y el impulso de los idiomas entre los alumnos.

-¿Resultó caro hacerse con las acciones del centro lalinense?

-Como estamos hablando en términos de inversión, y no de gasto, fue una compra muy razonable. Es lo que te puedo decir. Invertir en educación no es una inversión especulativa. Estamos hablando de apasionados en un proyecto, que vamos a trabajar en él a largo plazo, en ese sentido la rentabilidad que le vamos a sacar va a ser nuestro propio trabajo y el disfrute y la satisfacción del trabajo bien hecho.

-¿La llegada de su grupo de profesionales al Sagrado Corazón redundará en un incremento en la cuota de la matrícula o no?

-No. El Sagrado Corazón es un colegio concertado en Infantil, Primaria y Secundaria, y lógicamente así va a seguir siéndolo. Además, tenemos el proyecto que es dar continuidad con el Bachillerato, y lo que queremos es hacer una educación de calidad y excelente, y mejorar todo lo que hay.

-¿Están decididos a aumentar el nivel de inglés de los alumnos del centro?

-Eso es fundamental. Hoy en día, conseguir una competencia en inglés de los alumnos, igual que la que tienen en español y en gallego, cuando terminan la educación primaria no es una opción, es un derecho que tienen los estudiantes. Hay que poner todos los medios necesarios para que los alumnos de este prestigioso colegio de Lalín tengan un nivel en inglés certificado por la Universidad de Cambridge igual al de sus otras lenguas maternas.

-En su currículum resulta evidente su vinculación con la prelatura del Opus Dei. ¿Esa impronta alcanzará al ideario del Colegio Sagrado Corazón de Lalín?

-Trabajé en algunos colegios que eran instituciones vinculadas al Opus Dei, pero este colegio no tiene ninguna vinculación con esa prelatura. Yo estoy relacionado con el Opus Dei, y en lo único que voy a hacer que esto se note en el colegio es en mi pasión por hacer las cosas bien hechas, que es lo que he aprendido en el Opus Dei, como también el respeto a la libertad de las personas y, sobre todo, en valorar el trabajo bien hecho, en la honestidad y en hacer las cosas bien.

-¿Cómo calificaría su historial como gestor educativo?

-En todos los colegios en los que trabajé procuré hacerlo bien. Tanto en Montecastelo como en Peñalba o Miraflores todos han mejorado el número de alumnos, los resultados de selectividad y se encuentran entre los mejores colegios de Galicia. Lo que ha pasado después de mi gestión no quiero juzgarlo.