Los pendellos que poco a poco sucumben al paso del tiempo en Río, Rodeiro, dan una idea de hasta qué punto fue importante su feria. Pero hay un día al año en el que esta parroquia recupera parte de ese esplendor de antaño, gracias a la Feira Camba Sustentable. Ayer celebró su duodécima edición y ya tuvo en el sábado un excelente prólogo con foliadas desde media tarde y hasta la madrugada, a la que se acercaron vecinos de comarcas vecinas.

Río ya no vende ganado, no, pero ha sabido en su feria sostenible acercarse a un rural que sabe vender otras cosas, como los quesos de la marca Viejo Mundo, llegados desde Asturias bajo la D.O. Queso Casín, una de las más antiguas de Europa. Su representante, Cristina Cubillas, ofrecía al público delicias como queso de cabra con manzana y con castañas, una delicia que debía competir con el puesto de pan de maíz y dulces situado enfrente. No faltaban vendedores de abalorios ni el artesano argentino que ya el año pasado sorprendió a niños y mayores con sus juguetes y marionetas de madera. Sobre un carro de madera, el artista P. Vence exponía la alternativa a los lego de toda la vida: guitarristas, pianistas y un gaiteiro elaborado a base de cables y alambre, un paso más en su creatividad que ha dado vida a árboles de acero a pequeña escala y que hacen pensar en el que adorna el jardín del parador del monasterio de Santo Estebo de Ribas de Sil.

Pero no todo era mirar y dejarse llevar por las compras. Los más pequeños podían disfrutar del Trono de juegos, un tiovivo ecológico, o dar sus primeros pasos en esto del baile al son de los grupos de gaitas Mientras la organización preparaba la comida, Casa Sánchez y Casa Achacán ofrecieron sendas catas de vinos con espacios gastronómicos. Ya por la tarde, la empresa Enrédate se encargó de poner en marcha diversos juegos tradicionales, mientras que Festicultores y un grupo musical amenizaron el fin de una feria que, como en otros años, ya recibió el sábado la visita de los internos en la casa para personas mayores Fogar Enxebre.