Las segundas viviendas están detrás del boom demográfico estival, pues aportan 1.817 residentes más a las comarcas. En Deza es incluso el único componente de la carga de población positivo durante todo el año, con saldos trimestrales de 227, 141, 1.301 y 213 personas, mientras que en Tabeirós-Montes sólo lo es en el segundo semestre, con ganancia de 516 entre julio y septiembre y de 8 de octubre a diciembre. Por municipios, Lalín se sitúa en cabeza, con 305 personas más en verano por este motivo y tres en otoño, mientras que en el primer semestre de 2016 cedió trece. No le van a la zaga Silleda y Vila de Cruces, con 298 y 292 ciudadanos más en época estival -respectivamente- y cifras positivas todo el año.
Otro componente de la carga de población es el trabajo, que es negativo en ambas comarcas, pues son más los habitantes que desempeñan su labor fuera que los que vienen a hacerlo aquí. Especialmente llamativo es el caso de A Estrada, que pierde por este motivo más de 350 personas durante los doce meses. En cambio, Rodeiro gana entre 8 y 9 todo el año y Lalín, 37 y 14 en los dos primeros trimestres, si bien pierde 21 entre octubre y diciembre. En Silleda apenas hay variación, pero su saldo sólo es positivo de julio a septiembre, en cuatro personas.
El turismo es otra causa de la carga de población, si bien apenas tiene repercusión en comparación con su gran incidencia en la costa: El paradigma es Sanxenxo, que duplica su cifra de vecinos y alcanza los 32.000 en verano. Silleda es la única excepción en Deza-Tabeirós, pues arroja cifras positivas de abril a diciembre (43, 69 y 28). Ni por motivos de estudios ni de salud sube la población en ninguna estación del año en la zona.
