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Alfredo González: "El sector pasa por una crisis tremenda. Desde Porta do Sol hasta A Farola hay 36 bajos vacíos"

Afirma que el comercio vive uno "de los peores años de la historia", con una sangría de cierres sin relevo

Alfredo González, en una imagen de archivo, frente a la sede de la ACOE. // Bernabé/Cris M.V.

Los carteles de cierre o de alquiler son un buen termómetro para medir la temperatura de un sector tan expuesto al público como el comercio. Un simple paseo por la principal arteria comercial de A Estrada, la que conforman las calles Calvo Sotelo y Ulla, invita a pensar que algo pasa. Basta recorrer un pequeño tramo para que no lleguen los dedos de una mano para ir sumando bajos comerciales vacíos. La cuenta la lleva bien el presidente de la Asociación de Comerciantes da Estrada (ACOE), Alfredo González. Asegura que son 36 los bajos sin actividad comercial entre la Praza da Farola y la Porta do Sol. Afirma que es un síntoma del mal momento que está atravesando un sector clave para la economía local.

-El número de bajos vacíos en la zona de mayor concentración comercial y de servicios de A Estrada está a la vista de quien quiera fijarse.

-En general está siendo un momento complicado, da igual que estés en la calle Ulla que en las afueras. Realmente estamos pasando por uno de los peores años de la historia comercialmente hablando. El sector está pasando por una crisis tremenda.

-¿A qué lo achacan?

-No hay alegría. La gente no está consumiendo porque es una crisis fuerte, aunque no sea directa. La gente no siente la crisis en su casa: para comer no hace falta pero para gastar sí; falta mucha alegría. Se ve bien en A Estrada. Es un verano extraño, mismo los restaurantes y los bares se están quejando de que no están vendiendo, cuando aquí siempre fue jauja en julio y agosto. Esto es un pueblo grande, con muchos habitantes, venía la gente de fuera y vivíamos solo de eso. Pero se está notando que estamos pasando por una época muy mala.

-¿Es este incluso un momento peor que los años más crudos de la crisis económica?

-Eso sin duda. De hecho, cuando se hablaba de que había crisis en Madrid, Barcelona? aquí nos frotábamos un poco las manos diciendo, si esto es la crisis, déjala venir, porque no se notaba. Pero ahora sí que nos llegó. Muchos somos franquiciados y tienes amigos en Valencia, Barcelona y Madrid que están diciendo que se nota una recuperación. Allí en 2012 había una crisis tremenda y aquí no la notamos hasta 2015, por ejemplo. Igual que ellos entraron antes en la crisis, salieron antes. Nosotros entramos más tarde y saldremos más tarde.

-¿Cuánto tiempo hace que aprecian esta tesitura?

-Este año. Este año está siendo complicadísimo. El año pasado se notó un poco pero hubo mucha gente que aguantó. Sin embargo este año ya estamos viendo que se está cerrando. Es alarmante porque de cada diez tiendas está cerrando una. Este año está siendo muy complicado.

-¿Hablamos de una sangría de cierres?

-Sí. Antes cerraban pero ya estaba otro preguntando por el bajo para abrir otra cosa pero ahora ni eso. Es donde más se nota.

-En el primer tramo de Calvo Sotelo, la arteria comercial, desde la Praza de Galicia hasta el cruce con Justo Martínez, los locales vacíos suman media docena...

-Sí, pero si ese fuese el problema... El problema es que hay desde la estatua del Salmón, en la Porta do Sol, hasta A Farola 36 bajos vacíos. En una milla de oro que tenía que estar toda a reventar. Es donde te das cuenta de que algo está pasando.

-Es la zona con los alquileres más caros, muchos sensiblemente por encima de los 1.000 euros al mes...

-Sí, porque la gente sigue pensando que puede cobrar lo mismo que hace cinco años y desde luego el comercio no está para pagar esos alquileres. Hay mucho que vender. No puedes cobrar por un bajo mil y nada. Ahora mismo no puedes llegar a mil.

-¿Qué solución le ve en un futuro más o menos inmediato?

-Tenemos un problema gordo que no tiene mucha solución. Sin embargo, hay algo que también es importante que se haga. Antes abría un comercio cualquiera. Te echaban, te daban 6.000 euros y la gente abría una tienda para vender lo que fuese. El comercio se está profesionalizando. Quedan los que tienen que quedar, aunque sea duro decirlo, pero gente profesional. También es bueno que el sector se profesionalice. Hay gente que no tiene un ordenador en la tienda y te cobra y todavía te hace un ticket a bolígrafo. Las crisis vienen bien para esto.

-¿Cómo afecta a la asociación de comerciantes, como colectivo, la situación que vive el sector? ¿Se producen muchas bajas o, ante la dificultad, se piensa más en que la unión puede hacer la fuerza?

-Se compensan las bajas con altas. Nosotros estamos siempre en los mismos números y sostenerse ya es un orgullo. Con la que está cayendo, seguir con los mismos socios que hace diez años ya es bastante.

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