El delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, aprovechó ayer su presencia en el Congreso del PP de Lalín para desplazarse a Vila de Cruces y ver, junto al gobierno local, los daños que provocaron las intensas lluvias del sábado. El equipo de Jesús Otero redactará un informe con todos los desperfectos, de cara a elevarlo a la administración autonómica.

Las precipitaciones de anteayer duraron solo una hora, pero fueron tan intensas que provocaron un crecimiento rápido de, sobre todo, el arroyo de Duxame e Insua que desemboca en el pantano de Ollares. Para darnos una idea de hasta qué punto llovió en Cruces, en la estación meteorológica de Camanzo (que queda en la zona baja del municipio y donde no se produjeron daños) cayeron nada menos que 40 litros por metro cuadrado.

La riada se hizo notar, así pues, en las parroquias próximas a Portodemouros y Ollares. En Duxame, los vecinos habían colocado una carpa cerrada en el campo de la fiesta, en donde iban a celebrar una sardinada ayer domingo. El aguacero entró en la carpa, la arrancó de su base y ésta, arrastrada con fuerza, impactó contra un muro de contención, que también acabó cediendo.

En la vecina parroquia de Insua, además de romper un puente sobre un arroyo, uno de los inmuebles más damnificados fue la pequeña capilla de San Roque. El agua derribó la puerta grande y alcanzó una altura de casi dos metros, llegando casi hasta el Sagrario, para después reventar, también, la puerta pequeña y seguir su reguero de destrucción. Los daños dentro se perciben en el suelo, cubierto de trozos de madera y barro, que también dejó su impronta en las imágenes, paredes y bancos. Ya fuera de la capilla, sus zonas de acceso están cubiertas por piedras, arrastradas también por la tormenta.

En Cumeiro, hubo que suspender también los festejos porque el agua destrozó los escenarios de las orquestas. Ya en el casco urbano, las lluvias afectaron de forma notoria al matadero municipal, causando daños de diversa consideración en canaletas y en los equipos informáticos y cableado del interior. También en el casco fueron numerosas las viviendas que se pusieron en contacto con el servicio de emergencias 112 alertando de inundaciones en las plantas bajas y sótanos.