Unos hábitos consolidados y que cuesta cambiar o la proximidad de importantes bolsas de aparcamiento gratuito a escasos minutos del centro de Lalín son algunos de los motivos por los que la utilización del Aldea Grande todavía es escasa. En una villa mediana persisten comportamientos de buscar un estacionamiento en pleno lugar de destino y solo la zona azul en las principales rúas de la trama urbana ha conseguido favorecer la rotación de vehículos. Si hasta ahora los cientos de plazas gratuitas del Campo da Feira Vello o la urbanización de O Regueiriño permitían a los vecinos y visitantes eludir el parking para estacionar, el Concello ampliará en breve la oferta gratuita de plazas de aparcamiento con la creación de un área -en una parcela situada detrás de los juzgados- con medio centenar de plazas más.

Razones como estas hacen pensar que, quizá, la construcción del parking fue una apuesta muy arriesgada, aun en una etapa de dinamismo económico. Y todo ello sin olvidar que la infraestructura estuvo cerrada por orden judicial desde finales 2009 y las obras de legalización supisieron un goteo de cientos de cientos miles de euros.