La llegada de inmigrantes es fundamental para que algunos municipios de Deza y Tabeirós-Montes contenga su sangría demográfica. Al margen del saldo vegetativo y los movimientos migratorios, en los que el último año solo colocaron a Lalín y a Dozón como los únicos concellos que fueron capaces de ganar población, el registro de variaciones residenciales en la zona muestra un comportamiento semejante. Durante el año pasado los nueve ayuntamientos de las comarcas recibieron 170 vecinos más de los que se fueron, pero esta situación se debe en exclusiva a los balances de Lalín, Silleda y A Estrada. Los demás han visto como los éxodos a otras zonas de la provincia, de la comunidad autónoma, de España o el extranjero son superiores a las nuevas incorporaciones a sus padrones.

Los datos de variaciones residenciales divulgados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de cada uno de los ayuntamientos españoles concluyen que durante 2017 a las comarcas llegaron un total de 1.969 personas, mientras que las que se fueron alcanzan las 1.799; es decir, el saldo es positivo en 170 casos. En primer lugar podemos analizar los balances simples por municipios. Lalín es con claridad el que más empadronados pierde a favor de otros territorios, pero a la vez es el más vecinos es capaz de atraer. Las altas alcanzan las 653 y sirven para contrarrestar las exactamente medio millar, con lo que el balance es positivo en 153 ciudadanos. En Silleda las salidas suman 232, mientras que las incorporaciones al padrón se sitúan en 334. La diferencia, aunque positiva, es menos significativa en el caso de la capital de Tabeirós, con 473 altas frente a 409 bajas en su censo, resultando un balance positivo de 64 casos. Los demás concellos de las comarcas han visto como los éxodos residenciales rebasan a los nuevos asentamientos. En Vila de Cruces se produjeron 37 altas menos de las 146 bajas del padrón y en Rodeiro son siete casos menos de los 109 nuevos residentes. La diferencia negativa en Agolada alcanza una quincena menos de las 54 incorporaciones a su registro de habitantes. En Dozón las altas son 27 frente a 43 bajas y 90 y 96 respectivamente en el caso de Forcarei. Por último, en Cerdedo-Cotobade se contabilizaron durante 2017 un total de 166 altas, que son 68 menos de las bajas habidas.

Si nos fijamos en la evolución de los movimientos migratorios hay que destacar que, en el conjunto de las dos comarcas, como habíamos dicho el balance es favorable en 170 individuos. Y es así porque el balance de los extranjeros que llegan es claramente superior a los foráneos que se marchan, en concreto en casi 400 personas, una vez que las altas se sitúan en 616 y las bajas, en 224. Porque la misma evolución respecto a los vecinos de nacionalidad española es claramente desfavorable, ya que figuran un total de 1.575 éxodos por 1.353 nuevos asentamientos. Aquí una vez más los tres concellos más poblados son los que tienen capacidad de atracción para la llegada de foráneos. Un ejemplo es Lalín, donde en el pasado año hubo 80 extranjeros que cursaron su baja en el padrón municipal, pero, en cambio las incorporaciones alcanzan los 258 casos. A Silleda llegaron 102 frente a los 55 que se fueron y A Estrada inscribió 145 vecinos nacidos en otros países frente a los 45 que se dieron de baja en su registro municipal. En el conjunto de las dos comarcas hay 128 personas que llegaron del continente europeo y 84 de este mismo grupo de ciudadanos que se marcharon. Las altas de personas procedentes de África suman 82 (más de la mitad en Lalín) y las bajas son 36, también con idéntica proporción en la capital dezana.

En un análisis a los movimientos migratorios hay que apuntar que de los 1.799 vecinos que se fueron, hasta 764 lo hicieron a otro municipio dentro de la misma provincia, 589 están en localidades de A Coruña, Ourense o Lugo, 310 emigraron fuera de Galicia y 136 lo hicieron al extranjero. De los casi dos millares de personas que llegaron, 432 provienen de otros países, 311 de otra comunidad autónoma, 490 de una de las provincias gallegas que no son Pontevedra y los restantes 716 de alguna localidad del territorio pontevedrés.