Más de 180 agentes de prácticamente todas las comisarías de la Policía Nacional en Galicia, de la Policía Autonómica, de la Guardia Civil y la Policía Local procedentes mayoritariamente de las provincias de Pontevedra y A Coruña se formaron hoy en la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp) en un curso de incendios forestales y urbanos organizado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) contando con la colaboración de la propia academia.

Según explicaron el secretario general y el secretario de Formación del SUP en Galicia, Roberto González y Víctor Vasco, este curso busca subsanar las carencias formativas en materia de incendios de los efectivos de la Policía Nacional -evidenciadas, por ejemplo, con lo ocurrido en octubre en Chandebrito- antes de que comience la temporada de alto riesgo de incendios. Se pretende así poner a su disposición unos conocimientos que redunden en una mejor coordinación entre los distintos cuerpos que se movilizan en caso de emergencia y ganar en autoprotección y seguridad, tanto para los propios efectivos policiales como para los vecinos a los que pueden tener que asistir en caso de que se produzca alguna incidencia.

Con el oficial jefe de los Bomberos de Vigo, Guillermo Domínguez, los asistentes abordaron por la mañana la metodología del fuego para saber cómo atajarlo. Domínguez se centró en incendios urbanos. Ya por la tarde, la jornada se centró en los incendios forestales de la mano del agente territorial forestal José María Carles Muñiz y del policía autonómico especialista en la investigación de este tipo de incendios José Ángel Castro.

Muñiz abordó usos del fuego y medidas de autoprotección. Les habló incluso a los participantes en el curso de cómo salir de un incendio cuando el fuego les rodea.

Por su parte, Castro le dio a su ponencia un enfoque eminentemente práctico. Les trasladó conocimientos que conviene tener antes, durante y después del fuego. Antes señaló que la labor policial debe trabajar de manera preventiva llevando un control de las quemas de restos agrícolas y forestales, controlando las franjas de seguridad de las zonas habitadas para garantizar que si se produce un incendio sea de menor entidad , incrementando la vigilancia en las parroquias de alta incidencia del fuego y haciéndose ver por los vecinos. Luego, les dio pautas de actuación para policías y, en general, para quienes se acerquen a un incendio. Les hizo notar que “lo primero son la extinción y la protección de las víctimas”. La policía puede auxiliar a las víctimas y ayudar a los efectivos de extinción contribuyendo a cortar carreteras y a sacar a los vecinos. Una vez extinguido el fuego llega el momento de iniciar la oportuna investigación y de realizar controles en las zonas quemadas para evitar que se cace o se paste en ellas.

Respecto de este curso, el director xeral de Emerxencias e Interior, Luis Menor, señaló que es “especialmente importante estar más y mejor preparados ante cualquier tipo de emergencia” y agregó que este curso es un paso más de la colaboración entre la academia y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Señaló que esta iniciativa formativa capacita a los agentes en materia de incendios pese a que estos no son de su atribución directa. No obstante, indicó que “gracias al curso que los propios agentes solicitaron darán un mejor servicio a la ciudadaníay los propios efectivos policiales “podrán trabajar con más seguridad, tanto en lo que se refiere a incendios urbanos como a incendios forestales”.