El alcalde de A Estrada, José López Campos, se refirió ayer a la propuesta de supresión de barreras arquitectónicas que presentó el grupo municipal del BNG recordando a los representantes de esta fuerza política que la accesibilidad y la movilidad son parte importante de la estrategia que se marca la Edusi y que, por tanto, ya está en marcha la creación de un plan para actuar sobre ambas cuestiones. Será a través del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que se espera tener rematado para el próximo mes de julio. En este contexto, A Estrada tiene ya un diagnóstico de la accesibilidad de los edificios públicos elaborado y confecciona otro análisis de los viales urbanos, todo ello al servicio de intentar suprimir barreras arquitectónicas.

De este modo, el PMUS se encargará de evaluar si A Estrada tropieza en accesibilidad a sus diferentes edificios públicos, analizando con detalle la situación de las diferentes calles de la villa. Completado el estudio, el documento arrojará una fotografía del casco urbano en materia de movilidad y barreras arquitectónicas, una situación a la que tienen que enfrentarse cada día personas en silla de ruedas o con una movilidad reducida.

A partir de ahí, este plan definirá actuaciones que podrían ayudar a salvar estas situaciones, correspondiendo al Concello priorizar estas intervenciones para conseguir un casco urbano más accesible que favorezca la autonomía de personas con problemas de movilidad.

López Campos puso ayer el acento en que, además de ofrecer una imagen de cómo está la capital estradense en esta materia, el plan llega acompañado de los fondos necesarios para intentar corregir las situaciones que revele este diagnóstico.

El munícipe aprovechó la ocasión para recordar que fue el gobierno que encabeza quien realizó un centenar de actuaciones en pasos de peatones de la villa para tratar de suprimir una de las barreras arquitectónicas más repetidas en el casco urbano. Apuntó que las brigadas municipales pasaron más de un mes adaptando las aceras y construyendo las correspondientes rampas para facilitar el cruce. Reconoció en que en algunos casos fue preciso corregir la actuación por cuestiones de pendiente pero estimó que se dio un importante paso para reducir los problemas de accesibilidad, si bien no dejó de asumir que todavía queda mucho por hacer.

La actuación realizada por el Concello permitió atajar una de las barreras arquitectónicas más habituales en el casco urbano de A Estrada, consistente en pasos de peatones que, o bien no presentaban rampa en ninguno de sus extremos o bien este elemento se colocaba en un solo lado, aguardando el bordillo al cruzar la calle. En ambos casos el usuario se ve obligado a descender a invadir la calzada para cruzar la vía o a buscar un recorrido alternativo. Para encontrar ejemplos de este tipo no hacía falta ir muy lejos. Este tipo de situaciones era frecuente en algunas de las calles más céntricas de A Estrada y en zonas con una urbanización relativamente reciente.

La zona más accesible del casco coincide con el entorno semipeatonalizado que conforman las calles Ulla, Calvo Sotelo y la Praza da Constitución, por ejemplo. En estos casos las aceras anchas, sumadas al igualado nivel entre la acera y la calzada, permiten la fácil circulación de personas en silla de ruedas, con movilidad reducida o carritos de bebé.

Otro importante tropiezo en materia de movilidad y accesibilidad se aprecia en distintos puntos del casco urbano con aceras excesivamente estrechas, muy lejos de los 1,80 metros libres de obstáculos. En estas vías, farolas, mobiliario urbano o continuas rampas de entrada a garajes y locales dificultan el tránsito de una silla de ruedas.