Un enorme lobo, aunque viejo y bastante desmejorado, mató en la tarde de ayer a una de las 180 ovejas de un rebaño que se encontraba pastando en una finca próxima a las viviendas de Parafita, en la parroquia estradense de Nigoi.

Según relató su propietaria, Irene Saa, el cánido fue sorprendido por una vecina que se lo encontró comiéndose tranquilamente en un camino a la res muerta, a la que había despeñado previamente por un talud. La vecina en cuestión se apresuró a ir a avisar a los dueños del rebaño. Sucedió en torno a las 18.00 horas.

Rápidamente, Irene Saa y su marido se desplazaron hasta la finca donde estaba su rebaño. Él fue por la parte inferior, la más cercana al camino donde le habían dicho que estaba el lobo. Pero fue su mujer, que había ido por la parte superior, acompañada por un mastín que protege al rebaño la que se encontró de frente con el lobo. Se dirigía al rebaño, se supone que tras irse del camino donde había sido sorprendido por la vecina, tras devorar buena parte de la oveja muerta (a la que había destripado, comiéndose prácticamente todo salvo la cabeza, la columna y la parte posterior). Irene Saa cree que pretendía capturar otra oveja.

Las reses, al darse cuenta de su presencia, se habían acercado ya a los mastines que las protegen. Y precisamente fue uno de ellos el que, según relató Irene Saa, la defendió cuando se encontró de frente con el lobo, ahuyentándolo persiguiéndolo. La mujer -cuyo rebaño ya sufrió varios ataques antes diendo el último en diciembre- llamó ayer a Medio Ambiente y aguardaba la llegada de los agentes medioambenteales para levantar el oportuno informe y tramitar la petición de indemnización.