Augas de Galicia remitió a Adega los resultados de las analíticas de agua realizadas en puntos de control de vertidos, de aforo, de calidad de aguas y en captaciones del entorno de la antigua mina de Touro. En base a estos datos, Adega concluye que "la práctica totalidad de los cursos de agua que rodean la antigua explotación minera muestran contaminación por metales pesados y alta acidez, afectando a la calidad de las aguas superficiales y enterradas en una extensión mínisma de 65 kilómetros cuadrados, al menos desde los últimos 10 años". Que la afección se incremente en la última década se debe a que en los años 90, tras la compra de los terrenos por Exga, se eliminó y se vació la balsa de decantación que, mientras funcionó la mina, se encargaba de recoger los lixiviados y de bombearlos a otra balsa para evitar su filtración a los ríos que nacen en este entorno.

Adega indica que en las analíticas de las aguas soterradas del río Pucheiras, se ve que su calidad ambiental es muy baja por la presencia de sustancias prioritarias. Se denomina así a sustancias con un riesgo significativo porque o bien son tóxicas, persistentes, bioacumuables o porque tienen una presencia importante en el medio acuático. En el Pucheiras las mediciones detectan cadmio, níquel y un porcentaje que supera la media anual de cobre y zinc. Del mismo modo, también rebasa los niveles permitidos de manganeso, hierro y aluminio. Desde Vatop (el Centro de Valorización Ambiental de Touro-O Pino) se aclara que el punto al que se hace referencia se localiza "fuera del perímetro de la mina y aguas arriba de la misma", de modo que la única explicación de que se superen los límites legales está en la propia litología del terreno.

Vatop señala que lo mismo ocurre con las analíticas del Lañas: se han hecho antes de la incorporación de las aguas de la mina. En este río se detectó un alto porcentaje de cadmio y un pico de pH ácido en 2011, aunque en los dos últimos años (2017 y 2018) los valores son normales. Vatop, en este punto, añade que las concentraciones de sulfuros de cadmio y de mercurio "son extraordinariamente bajas y menores que en otras rocas naturales de Galicia. En concreto, el cadmio del entorno procede sin duda, de los aportes de fosfatos en los campos de cultivo".

La empresa recalca que el hierro, el aluminio y el manganeso no tienen una toxicidad elevada ni son bioacumulables y que el pH aumenta tras la incorporación de las aguas de la mina tras pasar por el humedal reactivo. De ahí que no considere, al contrario de lo que entiende Adega, que se ponga en entredicho la calidad de los suministros locales de agua.

En cuanto al Ulla, vuelve a haber disparidad de opiniones a la hora de leer las analíticas de Augas de Galicia. La medición se realizó 7 kilómetros aguas arriba de la desembocadura del Brandelos. En los años 2008 y 2013 se detectaron picos de hierro, pero Adega echa en falta que no se analizase el manganeso a pesar de que este metal en años anteriores mostró una superación de los valores paramétricos. Con estos datos, no se puede valorar la situación actual de las aguas de este caudal. Sin embargo, desde el grupo empresarial que opera sobre los antiguos terrenos está claro que "las múltiples mediciones realizadas en el Ulla son concluyentes acerca de la no existencia de afección ni contaminación por metales. La influencia de la mina es nula, pues los metales ya están presentes en el Ulla aguas arriba de la mina de Touro".