La séptima edición de la Feira da Sidra superó todas las expectativas de los organizadores, hasta el punto de que los 2.000 vasos previstos se terminaron ya por la mañana. Fue preciso reponer en varias ocasiones los vasos de cristal, tirando de existencias de ediciones anteriores de la feria. Sin embargo, a última hora de la sesión vespertina estas también se agotaron.
Para no dejar a nadie sin probar la sidra mientras todavía quedasen botellas, los organizadores apostaron en la recta final de la feria por regalar vasos de plástico para que los asistentes de última hora pudiesen sumarse a la degustación. El presidente de Maceira e Sidra apuntó que "la gente comprendió la falta de existencias". Tras escanciar casi 4.000 litros, en la octava edición se toma nota para reservar más vasos para la octava edición.
